Desde hace años, tras los frustrados desalojos y tomas de posesión en el Politécnico Huáscar, hubo marcada aspereza del empresario y abogado Enrique Calmet Choque hacia el periodista de La República, Liubomir Fernández, por sus reportajes que al parecer incomodaban. Las rencillas eran públicas, y salvo conatos, no llegó a mayores consecuencias. Sin embargo, estos días esto ha escalado a dimensiones alarmantes, acaso ruines.
MENSAJE AMENAZANTE
El último jueves 15 de febrero, quizás a modo de advertencia, apareció colgado un calzón negro femenino en la manija de la puerta de la vivienda del comunicador, ubicada en el jirón Tarapacá 210 en el centro de la ciudad de Puno.
El joven periodista de inmediato reportó el caso a agentes de Inteligencia que investigan el crimen organizado en la región, habida cuenta que podría tratarse de un mensaje subliminal. Dos efectivos vestidos de civiles peinaron la zona y concluyeron que se trataba de una advertencia que estila el hampa, quizás contra una familiar mujer de su entorno. Tácitamente era una amenaza.
SOSPECHAS
Al principio creyeron que se trataría de personaje desconocido, que pudiera haberse sentido intimidado o tocado por alguna nota periodística. Le advirtieron tomar recaudos.
Los últimos reportajes ácidos que ese diario replicó al igual que Sin Fronteras, eran contra las organizaciones de estafa piramidal que embaucaron a miles con el cuento de pagarles hasta el 15% de interés mensual. La red seudofinanciera fue montada por el SO2 PNP Gary Pacsi (r) y César Flores, quien fugó a México. Ambos estafaron a cientos de personas con varios millones de soles.
VIGILANCIA…
Los detectives recomendaron que se vigile, no solo su vivienda sino también los lugares asiduos, como trabajo y otros puntos de habitual concurrencia. Bastó unos días para que se determinara que, sospechosamente, Calmet Choque lo estaría ‘marcando’.
ASEDIO EN MOTO
Varias cámaras de seguridad detectaron al empresario cerca de la casa del entorno familiar más íntimo de Liubomir Fernández, pero no en Puno sino en otro lugar que no revelaremos, por seguridad. Las imágenes son más que elocuentes.
Ahí se le va la silueta de un hombre alto, que sería Enrique Calmet Choque, llegando a bordo de una moto; funge naturalidad y después de registrar la casa, da la apariencia que informase a alguien desde su celular.
Según la Policía, la situación es seria y no solo se trataría de un asedio u acoso. Liubomir posee información -que no podemos revelar-, que afianza esa hipótesis, porque no solo se le vio asomándose. Su acercamiento ha sido muy sinuoso. Los detalles serán revelados en futuras ediciones, con el ánimo de no entorpecer las investigaciones.
¿QUÉ PRETENDE?
La Policía cree que Calmet apelaría a terceros, sean varones o mujeres, pero aún no resuelven el objetivo, aunque sospechan que sería amenazarlo desde su familia íntima.
NO ES NUEVO…
El supuesto reglaje a Liubomir Fernández habría empezado tiempo atrás.
El primer seguimiento fue por interpósita persona a través de Geraldine Bermejo Cerdeña, asistente del polémico abogado. Según la versión del periodista, ella lo alcanzó por la espalda y a su costado estaba Enrique Calmet quien lo amenazó diciendo: “Acá la arreglamos o si quieres guerra, guerra tendrás”.
El 25 de marzo de 2022, continuó el seguimiento, esta vez con el venezolano Roberth Ernesto López Urbaez, quien tras ser descubierto fue llevado a la Comisaría de Puno.
¿EL MOTIVO?
Interrogamos a Liubomir Fernández, por qué el discutido empresario y abogado lo acosaría. Nos dijo que la conclusión es simple.
“He investigado a fondo el caso (del Politécnico) Huáscar. Calmet quiere tomar control a toda costa de los 12 mil metros cuadrados, en donde históricamente funcionó el campo deportivo del colegio, y cuya posesión estaba en manos del Ministerio de Educación y 30 barrios del cono norte de Puno”, expresó.
Sustentó su sospecha, indicando que el 21 de noviembre de 2021 cuando Calmet Choque pretendió tomar control de dicho terreno con el apoyo de una turba de venezolanos, él logró descubrir que a la cabeza de aquella asonada estaban los cuñados del empresario, hermanos de su esposa Ivette Rodríguez.
“Todo estaba debidamente planificado”, agrega.
El periodista descubrió además que Enrique Calmet ofrecía terrenos que la Fiscalía pretendía incautar a la red de estafa piramidal de Gary Pacsi, donde el abogado también tiene intereses porque defiende a algunas de las víctimas. El nexo, no termina allí, pues la vivienda que compró el estafador, era de los padres del polémico empresario.
LO NEGÓ
Sin Fronteras se comunicó con el aludido abogado, quien negó ser quien baja de la motocicleta y asedia la vivienda de su íntima familia fuera de Puno. A pesar de que este medio alcanzó la imagen, aseguró que no era él.
“Sería bueno que se demuestre, de lo contrario meteré una querella contra el que hable estupideces. Ya no voy a dejar que mancillen mi nombre… A propósito, la querella es también porqué dijo que lo estoy reglando”, respondió.
“Y, además, yo tengo una denuncia contra Liubomir Fernández, él ha metido gente a trabajar al municipio a cambio de volverse suave con el alcalde: cuatro personas, tres hombres y una chica. Y tengo pruebas”, añadió tras advertir que plantó una querella de 36 páginas al periodista.
