Más de 10 mil personas se concentraron en el óvalo.Más de 10 mil personas se concentraron en el óvalo.

“¡La sangre derramada jamás será olvidada!”, exclamaban los deudos de las 18 personas que fallecieron en la masacre del 9 de enero de 2023, tras el enfrentamiento entre policías y civiles durante las protestas contra la presidenta Dina Boluarte Zegarra.

La misa en honor a las víctimas del 9 de enero se inició después de las 10:00 a.m. de ayer, en el óvalo de la salida a Cusco (bypass), en donde se concentraron más de 10 mil personas de diferentes delegaciones de Juliaca y otras provincias de la región de Puno.

SU SENTIR

Los familiares con ropa de luto y con las fotografías de sus seres queridos abatidos en sus brazos, recordaron con dolor aquel fatídico día, donde las bombas lacrimógenas, perdigones, balas y piedras gobernaban los exteriores del aeropuerto de Juliaca.

“¡Este es el pueblo que clama justicia! ¡Este es el pueblo que un día te verá tras las rejas! ¡Nosotros vamos a seguir con nuestra lucha. ¡No le tenemos miedo a nadie!”, exclamó Raúl Samillán, presidente de la «Asociación de Mártires y Víctimas del 9 de Enero», y hermano del médico Marco Antonio Samillán Sanga, quien falleció a causa de un disparo cerca del corazón mientras auxiliaba y atendía los heridos de aquel enfrentamiento.

LA MISA

La misa religiosa estuvo encabezada por Luis Zambrano Rojas, párroco de la parroquia Pueblo de Dios; el párroco de la parroquia “Cristo Rey”, David Vargas Valencia; el pastor Manuel Obeso Pérez, de la Iglesia Luterana Evangélica.

También estuvo el sacerdote argentino Luis Humberto Béjar, quien el año pasado fue sancionado por pedir la renuncia de Dina Boluarte para lograr la paz; su pronunciamiento, en ese entonces, fue respaldado por la población.

“Líbranos del mal de la resignación, danos tus fuerza para que seamos luchadores por la causa del bien y de la justicia y de la vida. Y danos la fuerza para que en medio de tanto peligro, no nos desanimemos y te sigamos alabando hoy y siempre. Sigamos caminando juntos como pueblo buscando la justicia y la libertad”, dijo el sacerdote Luis Zambrano.

Asimismo, los sacerdotes elevaban sus oraciones para que los corazones afligidos de los familiares de los fallecidos y heridos encuentren el consuelo, regocijo y la paz.

LA MOVILIZACIÓN

Al culminar la misa religiosa, al ritmo de los sikuris y la banda de músicos se movilizaron pacíficamente por la Circunvalación y el jirón San Martín hasta llegar a la Plaza de Armas de Juliaca; en todo su recorrido exigían justicia flameando las banderas negras y blancas, y las famosas Wiphalas.

En tanto, otras delegaciones durante el recorrido cargaron ataúdes negros, y un muñeco gigante de Dina Boluarte, el cual fue quemado frente a la municipalidad provincial de Juliaca – San Román.

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