Han transcurrido 15 años desde que el Almirante Juan Ribaudo y el Sr. José Ignacio de Romaña compartieron un desayuno en Miraflores. Fue en ese momento cuando surgió la relación entre ambos y hoy estamos a menos de un año de presenciar la inauguración del mega puerto de Chancay
Estamos a las puertas de un evento de gran importancia que modificará las reglas del comercio entre el mercado asiático y América del Sur. Este proyecto de gran envergadura ha despertado el interés en toda la región, incluso captando la atención de Estados Unidos, la primera potencia del mundo, quien ve con recelo el avance comercial de la República China en toda la región Sudamérica.
Al analizar algunos de los beneficios significativos de este puerto, es crucial destacar el marcado interés de agricultores, ganaderos e industriales de los estados brasileños de Acre, Rondonia y Mato Grosso. En conjunto, exportan alrededor de USD 29 billones de dólares a Asia a través del océano Atlántico.
Contar con una alternativa de línea directa hacia el Asia a través del Océano Pacífico, les permitirá reducir el tiempo de exportación de sus productos entre 10 y 20 días, generando ahorros considerables y mejorando su competitividad.
Además, uno de los beneficios para el pueblo peruano es la salida de la producción brasileña a través de la IRSA sur, una carretera que ha absorbido millones de dólares de los contribuyentes y ha generado descontento hasta el momento. Ahora, será un nexo crucial para la integración comercial continental, brindando importantes ahorros a los exportadores brasileños e ingresos significativos a los diversos servicios que requieren los peruanos.
El Puerto de Chancay ha motivado a los legisladores a buscar nuevas leyes que faciliten las operaciones comerciales. La primera es la ley nacional de Cabotaje, que no solo revitalizará los puertos del Sur, sino toda la costa peruana. Su objetivo es regular y promover el transporte acuático, abarcando el servicio de transbordo, tránsito de personas y mercancías nacionales e internacionales.
La segunda es la ley de Zonas Económicas Especiales, que permitirá aprovechar la gran ventaja competitiva del país debido a su ubicación geopolítica y a los tratados de libre comercio con las principales economías del mundo, incluyendo China y Estados Unidos.
Además de estos beneficios, se destaca el resurgimiento económico del norte chico, especialmente Chancay, que ha experimentado un aumento significativo en el valor de sus tierras, reavivando las necesidades de conectividad nacional. Esto ha generado un interés especial por parte del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), que ya ha iniciado los estudios iniciales del tren de cercanías que cuenta con dos tramos, uno de Lima-Ica y el otro de Lima a Barranca.
Estos son solo algunos ejemplos de las sinergias positivas que se originan con la puesta en marcha del puerto de Chancay. Lo peruanos vemos con optimismo la llegada del 2024 y dentro de este año, podemos afirmar que la inauguración del puerto de Chancay, estimada para noviembre de 2024 con la presencia del presidente chino Xi Jinping, marca un hito histórico en el desarrollo del Perú y abre numerosas oportunidades tanto para emprendedores nacionales como para intereses extranjeros.
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