¿Qué es la integridad?
La integridad es el firme compromiso con la verdad y la coherencia entre principios y acciones. La integridad, noble virtud perdida en los recovecos de la política, es como un faro en medio de la tormenta. En la danza de la política peruana, la integridad se convierte en la musa olvidada, eclipsada por las sombras de la corrupción y la falta de ética.
Aunque es un poco difícil encontrar esta integridad en la política peruana, como el unicornio azul de Silvio. Y sin embargo, sin tenerla, seguimos soñando con ella, como canta Joaquín. Esa integridad es casi tan vital para el progreso de todos los peruanos como el agua. Mientras algunos de nuestros honorables representantes parecen coleccionar escándalos de corrupción como si fueran figuritas de álbum de mundial, la integridad brilla por su ausencia como la mamá de Adán en el día de la madre. ¿Acaso no es irónico que aquellos que deberían velar por el bien común sean los primeros en olvidar su significado?
La Importancia de la Integridad Política
En la búsqueda de legítima representación, la política peruana se ve atrapada en una red de representación deficiente y débil capacidad estatal. No obstante, la integridad se erige como el cimiento que puede y debe fortalecer las estructuras políticas, consolidar la seguridad y prevenir la corrupción.
La importancia de la integridad en nuestros políticos no debería subestimarse. La integridad no es solo una palabra de moda, es la piedra angular sobre la que debería construirse el Perú del mañana. Sin ella estamos condenados a repetir los mismos errores una y otra vez, como un disco rayado que se niega a avanzar.
El Baile de Ética en la Política
En la sinfonía política latinoamericana, la ética parece ser una melodía discordante. La «incapacidad moral» se manifiesta cuando la moral binaria choca con la pluralidad inherente a la democracia. La integridad, entonces, se vuelve el antídoto necesario para armonizar estas tensiones éticas.
La integridad en el ámbito político implica actuar con rectitud, transparencia y apego a valores éticos, anteponiendo el interés público sobre cualquier beneficio personal o partidista. Según expertos, la integridad es fundamental para una gestión pública eficiente y libre de corrupción.
Urge reforzar la ética pública y adoptar protocolos que promuevan la honradez. Solo así lograremos que el Perú cuente con autoridades íntegras que trabajen por el bien común y saquen al país de la crisis actual.
Los incas nos dejaron tres principios éticos que deberían ser obligatorios para ejercer la función pública, privada y de cualquier índole. Estos tres principios son:
Ama quella (no seas ocioso)
Ama llulla (no seas mentiroso)
Ama sua (no seas ladrón)
Estos tres principios éticos siguen siendo vigentes y urgentes en nuestra sociedad. Es la raíz de la innovación inca y por ende la base de nuestra gestión pública, privada y de la innovación peruana.
Como siempre, esta columna llega gracias a Sin Fronteras, Cuentic, Nut´s & Co. y Café Mishqui Huayo.
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