El ‘chaccu’ de vicuñas, o el arrear de estos animales, según su significado en quechua, es una práctica ancestral de las comunidades campesinas de las partes altas del sur del Perú. Se realiza con la finalidad de cortar su lana, considerada una de las más finas del mundo.
En los seis primeros meses del año, la Gerencia Regional de Agricultura (GRAG) aprobó 70 resoluciones de autorización para que se realicen 163 chaccus en la región Arequipa.
Esto beneficiará a 45 comunidades campesinas de 14 distritos de las provincias de Arequipa, Caylloma, Caravelí, Castilla, La Unión y Condesuyos, que se dedican a la actividad económica de recolectar y ofrecer la fibra de la vicuña.
Asimismo, la GRAG desarrolla el proyecto “Mejoramiento del servicio de apoyo del manejo productivo y conservación sostenible de la fibra de vicuña en seis provincias de la región Arequipa”, con la finalidad de fortalecer la capacidad de los comuneros para el manejo sostenible de esta especie de camélido sudamericano.
A través de personal profesional debidamente capacitado, se brinda talleres y asistencia permanente a las comunidades.
Asimismo, se les otorga material para renovación de cercos de semicautiverio, como mallas de alambre galvanizado, anchoveteras, postes de eucalipto. Además de máquinas esquiladoras, afiladoras, generador eléctrico, entre otros equipos.
También realizan acciones para controlar la caza furtiva de la vicuña.
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