La reunión de algunos alcaldes provinciales y distritales de la región Puno, con la presidenta de la República, Dina Boluarte, ha encendido la indignación de algunos dirigentes puneños, que los tildaron de traidores.
El dirigente Fernando Salas Tapia, fue bastante enfático al manifestar que los cuestionados burgomaestres, pactaron y se pusieron de acuerdo para negociar sobre la sangre de los 80 asesinados por el gobierno de Dina Boluarte.
También refirió que estos alcaldes eran unos judas y traidores, como el actual burgomaestre de la provincia de Carabaya, Edmundo Cáceres Guerra, y como el alcalde de Azángaro, Salvador Apaza.
En ese sentido, señaló que estas autoridades deben someterse al castigo de las rondas campesinas.
En tanto el vocero de las autoridades originarias, Rubén Apaza Añamuro, manifestó que el alcalde de Carabaya debe ser declarado persona no grata por adular y presentarse como un soldado de un gobierno «asesino».
“Si él está diciendo que es uno de los soldados de este gobierno asesino… entonces este señor está tomando acciones de traición a Puno y eso está mal y hay que declararlo persona no grata”, refirió.
También aseguró que la población puneña es consciente de las confabulaciones del referido burgomaestre con la empresa que explotará los yacimientos de litio, dando a entender que la motivación del alcalde es negociar con el litio.
«Pero la población puneña no le permitirá hacer sus gollerías», advirtió el vocero de las autoridades originarias.
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