Pronunciamientos y reportes de entidades internacionales al respecto del desempeño de la economía global sirven de guía a los gobiernos y organismos, así como a las empresas e incluso a los ciudadanos y sus familias.
Decisiones de políticas públicas, de inversión, de negocios y de consumo del hogar, dependen mucho de lo que se espera en materia económica en lo que resta del año y hacia los próximos años. El pasado 11 de abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su reporte World Economic Outlook, donde expuso sus estimaciones de crecimiento para la economía global en 2023.
Si bien el FMI espera que el mundo crezca un 2.8% en el año, si aumentan las tensiones en el sector financiero, asociado a un escenario de altas tasas de interés e inflación elevada, la economía mundial crecería un 2.5%. Asimismo, respecto a la inflación global, habiendo sido de 8.7% en 2022, esta sería del 7% en 2023, y todavía en 2024 se reduciría a 4.9%. ¿Y por qué esto sería determinante para el desempeño económico? Pues, con una inflación aún elevada, las altas tasas de interés que aplicaron los bancos centrales a nivel mundial para contener la creciente inflación el año pasado, estarían lejos de ajustarse a la baja, con lo que el costo del crédito se mantendrá alto; es decir, es más caro endeudarse, lo que finalmente desalienta la inversión privada y el gasto de las familias.
En el Perú, la inflación acumulada en los últimos doce meses (abril 2022-marzo 2023) fue de 8.67%, según datos del INEI, y el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) estima que hacia fin de año se desacelere a 3%. “Tenemos que estar seguros de que la inflación ha sido derrotada…”, sostuvo la semana pasada Julio Velarde, presiente del BCRP, en referencia a la posibilidad de reducir tasas de interés. Así, mientras que el FMI estima que la economía peruana crecería 2.3% en 2023, el BCRP proyecta un crecimiento del 2.6%, considerando el impacto negativo de las protestas sociales y las fuertes lluvias de principios de año sobre los sectores minería y turismo, y agropecuario y pesca, respectivamente. Definitivamente no será un año fácil, por lo que como país habrá que apostar por facilitar inversiones, las empresas ser más productivas, y las familias priorizar gastos.
*Gerente de Estudios Económicos de Comexperú
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