Dos extranjeros fueron asesinados a quemarropa con más de 12 balazos por sicarios. Según la Policía, las víctimas se dedicaban a prestar dinero con la modalidad ‘gota a gota’.
«Yo me vine de tan lejos para que a mi familia no le pasara nada y ahora mi hijo está muerto», fue lo que llorando decía la madre del venezolano Héctor Alfonso Hernández Oldenburg (23), quien fue acribillado con 13 disparos en la segunda cuadra de la avenida 12 de Octubre, en Alto Selva Alegre.
A las 20:45 horas una cámara de seguridad de una vivienda registró cómo el agraviado a bordo de una moto de placa 6414-5V fue interceptado por otra moto lineal con dos ocupantes.
Todo indica que el agraviado conocería a sus verdugos debido a que conversó por unos minutos con sus asesinos.
Héctor Hernández se dedicaba a realizar préstamos y vender motocicletas.
Según la Policía, sus victimarios serían venezolanos y su muerte podría tratarse de un caso de sicariato por un lío amoroso o el control de bandas criminales que operan en la ciudad.
Por otro lado, el colombiano Daniel Fernando Osorio Botero (32) fue acribillado con 15 disparos cuando se encontraba con su conviviente Mariela Huacoto Uribe (39) en una moto de placa 2557-6V.
Daniel Osorio y su conviviente acudieron a la calle José María Muñoz, en Mollendo (Islay), para cobrar 200 soles a uno de sus prestatarios.
«Les pagué mi cuota e ingresé a mi negocio. Un minuto después escuché una ráfaga de ‘cuetes’. Salí porque escuchaba mi nombre y vi a la mujer en el suelo pidiendo ayuda», contó un comerciante.
La Policía presume que el colombiano fue asesinado por una banda criminal dedicada al cobro de cupos a prestamistas que operan con la modalidad ‘gota a gota’.
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