La compleja situación política que atraviesa el país, sin soluciones a la vista, tendrá un severo impacto en el sector minero durante el próximo año con una caída de las inversiones estimada en 2 mil millones de dólares, según la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), gremio que atribuye tan adversa coyuntura a dos factores fundamentales: la inestabilidad política y social que ahuyenta a potenciales inversionistas.
El presidente del gremio, Raúl Jacob, sostuvo que el crecimiento de las inversiones mineras en los últimos años se debió a dos proyectos mineros de trascendencia nacional, como Mina Justa en Ica y Quellaveco en Moquegua, pero una vez culminados y el inicio de sus operaciones se apagaron los motores de crecimiento minero y, por consiguiente, se espera una reducción de nuevos proyectos e inversiones en los próximos años.
Precisamente, el año 2021 las inversiones en minería alcanzaron los US$ 5.242 millones impulsadas por el proyecto Quellaveco de Anglo American; mientras que este año se proyectan en alrededor de US$ 5 mil millones. Con la estimación revelada por la SNMPE, las inversiones mineras del año 2023 ascenderían a unos US$ 3 mil millones.
CARTERA DE PROYECTOS
Esta difícil coyuntura nacional que impacta de manera negativa en el sector, ocurre en circunstancias que se presentan oportunidades de generar valor con una cartera de proyectos de construcción de mina estimada en US$ 56 mil millones a través de 46 proyectos en 17 regiones; otros 62 proyectos de generación y transmisión eléctrica que demandan una inversión de US$ 8.500 millones en 22 regiones, y proyectos de hidrocarburos que requieren una inversión estimada en US$ 4.700 millones.
En su intervención en la XIII Edición TICAR 2022 -Simposium de Tecnología e Innovación del Sector Minero-Energético que organizó la SNMPE-, Raúl Jacob recordó que desde el 2016, año en que se inició el periodo de inestabilidad política en el país, se viene agravando el clima de inversiones con impacto directo en la economía peruana.
Esta crisis política permanente también afecta a los sectores de hidrocarburos y eléctrico, provocando el estancamiento de las inversiones desde hace años.
De acuerdo a la SNMPE, la participación del sector minero-energético peruano en la inversión privada total, entre los años 2011-2021, representa el 22%, y de ese porcentaje, el 15% ha correspondido al sector minero, el 4% al sector eléctrico y 2% al sector hidrocarburos.
Dicho de otro modo, de cada 100 soles que se invierte en el Perú, 22 soles proceden de la industria minero-energética.
INNOVACIÓN
A pesar de tan sombrío panorama, la XIII Edición TICAR que recientemente congregó a expertos y panelistas en la sede de la SNMPE, ha demostrado que el sector minero-energético se caracteriza por su naturaleza innovadora, y hoy se presenta la gran oportunidad de aplicar nuevas tecnologías para mejorar la bioseguridad, la conectividad y la ciberseguridad con herramientas sofisticadas como la analítica, inteligencia artificial, aprendizaje automático y tecnologías de la información que llevan a la práctica las industrias más avanzadas y las empresas modernas.
A la vanguardia del desarrollo tecnológico en el Perú, una operación minera ya utiliza camiones no tripulados en sus actividades cotidianas que son manejados por vía remota; mientras que otras compañías del sector han introducido la denominada “inteligencia artificial” en sus procesos de avanzada.
MINERÍA DEL FUTURO
El presidente ejecutivo de Compañía de Minas Buenaventura, Roque Benavides, tuvo a su cargo la charla magistral “La minería del futuro”, destacando que el nuevo reto del sector minero-energético consiste en ser más productivo a través de un mínimo consumo de energía, agua e intensidad de capital. “El enfoque de gestión está sustentado en el cuidado del medio ambiente, en promover el desarrollo social responsable y el uso de más tecnología”, enfatizó.
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