Como Antonio Riquelme Sotelo Calderón se hizo conocido a nivel nacional por presuntamente haber sido favorecido con su designación en el cargo de jefe zonal del Cofopri en Tacna debido a que su hijo tendría una relación sentimental con la ministra de Cultura, Betssy Chávez Chino.
Sobre el caso, desde Puno llegó una comunicación a diario Sin Fronteras para informar que Sotelo tiene antecedentes en dicha región, donde fue fiscal.
El abogado Luis Pino Ponce narró que el 22 de diciembre de 1996 Sotelo, quien era fiscal provincial adjunto de San Román-Juliaca, llegó a la ciudad de Puno, donde en el local nocturno «La UEC» pidió una botella de whisky y al término de su consumo le cobraron S/ 100, pero el entonces fiscal se negó a pagar la cuenta y exigió la presencia del propietario del local, Edwin Urrutia Estevez.
Añadió que el dueño del establecimiento insistió en el pago por el consumo, pero -según aseguró- Sotelo enfatizó que era fiscal y tenía «franquicia de consumo». Ante el reclamo airado del propietario del local, el entonces fiscal llamó a un patrullero y dispuso la detención de Urrutia, tal como consta en un acta que suscribió un comisario de apellido Zevallos, detalló Pino.
El letrado indicó que entonces fue llamado como defensor de Urrutia y al no conseguir su liberación en ese momento, al día siguiente regresó con el fiscal provincial adjunto de Puno José Barrios Estrada, a quien el comisario no supo explicar la detención. Narró que se levantó un acta y se procedió a incoar una acción de habeas corpus de oficio.
El abogado añadió que se denunció a Sotelo por delitos contra libertad individual, abuso de autoridad y usurpación de funciones, y como resultado de ello se declaró fundada la denuncia presentada por Urrutia .Luego se concluyó el nombramiento de Sotelo como fiscal, agregó.
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