Tres personas que asistieron al concierto de Yarita Lizet en el complejo Santa Rosa la noche del sábado fueron «pepeadas» y abandonadas en la parte posterior del local de eventos, donde uno, identificado como el chef Rogelio Cala Achahuanco (41), falleció.
La esposa de Rogelio Cala despertó junto con su cadáver la mañana del domingo en una vereda de la prolongación de la avenida Dos de mayo, mientras que a pocos metros un hombre desconocido para ella yacía tendido en estado inconsciente. La mujer pidió ayuda a los vecinos al pensar que su marido seguía vivo y al lugar llegaron una ambulancia del SAMU y un patrullero de la comisaría Central, cuyo personal constató el lamentable deceso y reanimó al otro ciudadano.
La mujer narró a la Policía Nacional que la noche anterior su esposo debió licor en el concierto de música y en determinado momento salieron del local a comer anticuchos, sin recordar nada más hasta despertar tendida en la vía pública. El hecho sería obra de «peperos», ya que la pareja y el tercer sujeto fueron despojados de sus pertenencias antes de ser abandonados juntos en la oscura zona donde fueron hallados.
El fiscal César Nieto Rossi ordenó el traslado del cuerpo a la morgue central e indicó que no se hallaron lesiones aparentes en el cuerpo del varón, pero las causas exactas de su muerte se conocerán tras la práctica de una autopsia de ley en las próximas horas.
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