Con casco es Adrián Sucapuca, otros son Javier Sullca, Edgar Apaza, Jesús Jarata...Con casco es Adrián Sucapuca, otros son Javier Sullca, Edgar Apaza, Jesús Jarata...

Adrián Sucapuca Payehuanca (45) es uno de los 168 reservistas que participaron en el «Andahuaylazo» del 1 al 4 de enero de 2005.

Entonces, con 27 años encima, y al lado de su hermana Águeda, quien tenía 29 años, coincidieron en la asonada y rebelión armada que cobró la vida de seis peruanos, cuatro policías y dos licenciados del Ejército peruano.

Ambos purgaron condena en cárceles de Lima, el primero por 7 años y 8 meses en el penal de Ancón al lado de su líder y ella en el penal Santa Mónica durante más de 6 años. Este medio accedió a información no confirmada de que en total, 23 de ellos provenían de esta región, aunque algunos se les consideró en el ámbito de Tacna, Moquegua y Arequipa, que fue donde hicieron su servicio militar.

Ellos juraron jamás develar los hechos, debido a que podría traer consecuencias judiciales. Todos los protagonistas guardaron escrupuloso silencio, pese a las torturas que -indica-, sufrieron en la Dirección Nacional contra el Terrorismo (Dincote».

Sin embargo, ahora que el líder etnocacerista fue liberado, se anima a contar parte de esa historia jamás contada.
Adrián nos narra que la rebelión fue planeada medio año antes. Los ‘alfiles’ de Antauro coordinaban acciones de manera codificada.

«PLAN DE APRESTO»

Antes de la Navidad del 2004, se concentraron 50 reservistas en Juliaca. El «Plan de apresto» fue en su casa situada a espaldas del Pedagógico. Allí se concentraron sin dar aviso a nadie, hasta el día 26 de diciembre, que es cuando parten con dirección a Cusco, de allí pasaron a Abancay y, finalmente, la tarde del día 30 llegan a Andahuaylas.

DETENCIÓN PREVIA

Lo que Adrián y su medio centenar de hermanos no sabían, era que parte de ellos serían detenidos en la comisaría, la cual dos días después tomarían. Allí los retuvieron por su porte sospechoso y anduvieron en grupo, aunque todos vestían de civil.

ANTES DE AÑO NUEVO

El mayor EP (r) Antauro Humala Tasso llegó a Andahuaylas, no se sabe si en la mañana o tarde. «Pero un par de horas antes de la medianoche del 31 de diciembre, en medio de una torrencial lluvia bajamos del cerro. A eso de las 10 de la noche, el mayor nos repasó las órdenes y reiteró el cometido.

DESARMADOS

Pasadas las 2 de la madrugada del 1 de enero, se dirigieron a la delegación policial para abastecerse de armas, puesto que todos estaban desarmados.

«Fue fácil porque no encontramos a nadie afuera, y a los siete que tomamos de prisioneros, estaban emborrachándose», cuenta.

RUMBO AL CUARTEL

El reservista narra que, entonces Antauro eligió una veintena de hombres, entre ellos a él se dirigieron al Destacamento Militar Los Chancas. En el camino capturaron al comandante EP de apellido Berrocal, jefe de la base.

Los demás sediciosos hurgaron en la comisaría hasta que encontraron el depósito de armas, donde habían fusiles, entre ellos los preciados AKM y G3.

PRIMERA REYERTA

En la milicia suelen llamar por los apellidos, más que por apodos o ‘chapas’. Adrián que sirvió en Locumba con Antauro, lo conocían como «Sacapuca».

El mayor llamó: ¡Sacapuca (Puno), Ccopa Tijutani (Tacna) y Walter Merma (Arequipa)! Y se dirigieron a la base militar a bordo de una patrulla policial.

Entonces se produjeron las primeras escaramuzas y balaceras, que ya no se detuvieron.

Al retornar, en el puente Huayhuaca, el puneño Jesús Pacori fue herido de bala. «Hasta el momento sigue con la bala en la columna», añade.

6 CAÍDOS

En el mismo puente, el 2 de enero fueron alcanzados por armas de largo alcance los cuatro policías. «Nosotros no les dimos, las pericias arrojan que les dieron por la espalda, desde otro lado», asegura e indica que al día siguiente fueron abatidos los reservistas Walter Merma y David Ortiz.

NO SE ARREPIENTE

Sucapuca fue apodado «Capitán» por la revista Caretas, porque era uno de los lugartenientes de Antauro.

El 4 de enero capturan al líder etnocacerista y al día siguiente ordena que depongan las armas. Sus hombres se rindieron y luego serían apresados. Muchos purgaron condenas de 6, 7, 8 años, y Antauro salió libre tras más de 17 años.

Entre la veitena de puneños figuran: Barbarito Chambi, Víctor Incacutipa, Rogelio Flores, Leonidas Béjar, Daumer Béjar, Jorge centeno, Percy Yucra, Jesús Quispe, Santiago Zela, Justo Alvarez, entre otros.

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