El fin de semana, el Estado peruano reestableció el estado de derecho en el sector de Betaspata, distrito de Yanahuaya (Sandia). Allí, el pasado 26 de noviembre, una turba de la comunidad de Saqui Totora, ubicada en la localidad de Sina, provincia de San Antonio de Putina, atacó el campamento minero de la empresa Puka Mina EIRL – Grupo Argos, desalojando a sus ocupantes.
El lugar quedó en escombros. Se destruyeron y prendieron fuego a los ambientes, incendiaron maquinarias valiosas, como un equipo electrógeno, y se apropiaron de todos los bienes muebles e inmuebles así como sofisticados equipos de minería.
La asonada se urdió so pretexto de incumplimiento de compromisos de la empresa y porque Saqui Totora había creado un Frente de Defensa cuyo acuerdo era su rechazo a la minería. Dos posiciones que se convertirían en falsas excusas, pues el despojo era para que los comuneros exploten el oro de manera ilegal.
El viernes al mediodía, el juez Jorge Nina Pariapaza y el fiscal Aníbal Surco Ccorimanya, ambos de la jurisdicción de Sandia, restituyeron la posesión del yacimiento aurífero, con el apoyo de un gran despliegue policial. En el lugar no se encontró un solo comunero, todos los invasores habían huido, pero dejaron rastros de sus fechorías.
ESTADO DE DERECHO
Las autoridades judiciales devolvieron las 600 hectáreas que abarca el denuncio minero Betaspata.
“En este acto se restituye la posesión, en el área que se les ha otorgado (…) Se puede ver que hubo movimiento reciente en todo, ya corresponde a ustedes abrir las puertas, la planta y ambientes (…) Lo demás ya la Fiscalía ha constatado su estado. Nosotros hemos cumplido, el Estado está cumpliendo”, dijo el juez, en plena lluvia.
DESTROZOS Y SAQUEO
Aquel día se observó -grosso modo-, el campamento devastado y saqueado. Las cinco bocaminas que se abrieron en el proceso de exploración, habían sido explotadas indiscriminadamente. La planta de enriquecimiento de mineral fue desmantelada y estaba inoperativa; uno de los grupos generadores fue quemado; otro generador así como la máquina diamantina para abrir agujeros en la montaña habían desaparecido al igual que todo el equipo minero.
El campamento de Betaspata no solo fue destrozado.
El equipo de mina de la compañía informó que entre el sábado y domingo, pudieron hacer parte del inventario de los daños.
“Se robaron el grupo electrógeno nuevo valuado en 180 mil dólares (aparte del que incendiaron), se han llevado un bobcad (minicargador de socavón), un damper (camión de minería subterránea), diez (equipos de perforación) Jackleg que cuestan 8 mil dólares cada uno”, dijo la fuente.
Los mineros ilegales no tuvieron piedad en destruir la maquinaria sofisticada.
“El almacén ha sido vaciado, allí habían equipos valorizados en más de 2 millones de dólares, no dejaron ni los barrenos, las brocas y martillos diamantados, accesorios broadcat, ventiladores, motosierras y otros, la lista no termina… faltan equipos de topografía. La chancadora cónica, la chancadora de quijada las han destrozado, han roto los tres molinos, han quemado bombas de concentrado que no hay en el Perú”, añadió.
AYUDA DE MINERA…
Se especula que los lugareños tuvieron ayuda externa, ya que algunos aparatos eran imposibles de levantarse con la fuerza humana. “El robo y saqueo fue en complicidad de una empresa vecina, porque han usado una excavadora y solo hay una por acá, debieron usar camión 4×4. (…)”, agregó la fuente.
A su turno, el superintendente de minas, Pedro Gautier Velarde denunció que esa planta que malograron y desmantelaron fue operada con ayuda.
“Hoy hemos encontrado un esquema metalúrgico; es decir les enseñaron a usar, pero como no eran profesionales, han quemado la planta. Nosotros la parábamos a diario para mantenimiento, ellos le han dado sin parar hasta que ha ‘muerto’”, subrayó.
ROBO DE MINERAL
Puka Mina había almacenado -explica el funcionario-, unas 4 mil 180 toneladas de mineral concentrado y aproximadamente un kilo de oro ya procesado. “Todo eso desapareció, hay escombros y relaves. Ese mineral lo explotaron con mercurio y agua, lo que llaman azogue.
También hemos encontrado harta lejía y detergente, que usan para reutilizar el mercurio”, explicó el ingeniero.
EXPLOSIVOS
Ayer, buscando las maquinarias pesadas que podrían estar enterradas, hallaron sacos con explosivos. Son cartuchos de dinamita que usan en las mineras ilegales de la región, conocidos como “chocolates”, de procedencia boliviana. “Pensamos que la diamantina la pudieron enterrar, la estamos buscando, pero nos topamos con explosivos ilegales”, declaró el superintendente.
FISCALIZACIÓN TRUCHA
El 16 de marzo, personal de la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) acudió a Betaspata, pero según nos informaron, en su informe dijeron que no había minería ilegal, y que las operaciones mineras estaban paralizadas. Sin embargo, el fin de semana se encontró lo contrario.
Sin Fronteras encontró chutes con galerías de rejillas y filtros donde extraían el oro de esa manera. ¿Acaso no los vieron?
FUERTE RESGUARDO
En Betaspata se quedó un centenar de efectivos especiales de la Dinoes (Lima). Ellos ayer localizaron, además de la dinamita, dos generadores de energía, que eran usados en el comedor y lavandería. «Son unos malditos, estos equipos estaban enterrados en las labores mineras ilegales, ya los habían hecho suyos», sostuvo.
El coronel PNP Miguel Rojas Méndez, jefe de la Divpol Juliaca, dijo que se coordina la firma de un convenio marco para que el comando de policías se queden de manera permanente hasta que retorne la paz social.
GRAVES DELITOS
Los dirigentes de Saqui Totora: Leoncio Díaz Turpo, Martín Mamani Gemio, Simón Gemio Cusi, Bilberto Mamani Miranda y Marco Quea Gemio, enfrentan cargos por usurpación, coacción, robo y daño agravado, y de acuerdo a los hallazgos habría concurso real de delitos de carácter heterogéneo y continuo, es decir se ampliarán más ilícitos.
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