Si usted tiene un negocio, tenga cuidado, pues podría estar en la mira de una red de extorsionadores que ‘gota a gota’ lo pueden dejar sin su patrimonio. Los delincuentes le ofrecen préstamos inmediatos, sin importar el monto, y si no puede pagar el 20% del interés podría estar poniendo en riesgo su vida y la de su familia.
¿Cómo operan? Se sabe que los delincuentes buscan a comerciantes en galerías, centros comerciales, entre otros, para entregarles tarjetas y volantes que son repartidos puerta a puerta, hablamos del famoso ‘gota a gota’, una modalidad de préstamo a la que recurren usualmente los negociantes que no tienen perfil crediticio por haber estado reportados en Infocorp o porque no tienen una fuente de ingreso formal.
Los intereses pactados son a diario y ahí es donde comienzan a operar en contra de la víctima: si se retrasa en los abonos del día, regresan al día siguiente y te cobran el doble de interés por el retraso. Se le llaman extorsión ‘gota a gota’ porque los abonos son poco a poco, y muchas veces los interese son tan altos que no tienes cuándo terminar de pagar.
Tal es el caso de Giovanni S., a quien en junio del 2021 le entregaron una tarjeta que decía ‘préstamo diario sin aval’. El varón se prestó 500 soles y tenía que pagar en 24 cuotas diarias, de lunes a sábados, 25 soles. Tras terminar de pagar, el agraviado se hizo amigo del colombiano Cristian, encargado de cobrarle las cuotas.
En diciembre del 2021, ambos se habrían prestado 100 mil soles para iniciar un negocio. Sin embargo, tras retrasarse en los pagos, los intereses llegaron a los 250 mil soles.
La víctima buscó sincerar la deuda, pero el prestamista se negó.
Fue allí que inició la pesadilla para Giovanni, quien recibe fotos de sus familiares ingresando y saliendo de su casa. “Supuestamente a mi amigo colombiano le han cortado los dedos por no pagar la deuda. Los mensajes de extorsión son constantes”, dijo el agraviado.
Los prestamistas amenazan con matar al varón si no paga los 250 mil soles que actualmente debe. «Uno de estos días puedo amanecer muerto por la deuda que tengo. Me es imposible pagarla», finalizó.
Historias como esta se repiten constantemente, pero los agraviados, por temor a las represalias, no denuncian y prefieren pagar lo que los extorsionadores les exigen.
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