Dicen que la Navidad es para compartir, de unión y amor; pero, existen tres hermanos ayacuchanos cuya historia dramática entristece a la población puneña.
Carlos Mendoza Pachecoque, Yoselin Mendoza Pacheco y José Augusto Pacheco Callocunto, ‘devastados’ por una supuesta pobreza, viven separados en contra de su voluntad.
LOS SEPARARON
Carlos Mendoza (30), contó a este matutino algunos pasajes duros que les tocó vivir. El último de ellos, es la desaparición de su hermano, José Augusto, quien tiene problemas mentales.
«A mí me tenían que llevar a un albergue, pero no quise y me fui para Lima a trabajar como chofer o cobrador…Mi hermano José Augusto sí fue internado en un albergue desde muy pequeño. Cuando él tenía 15 años fue sacado por mi tía Valentina, quien lo tuvo hasta los 18 años. Ella nos decía que mi hermano se perdía mucho; pero también sabemos que ella no le daba de comer, entre otras cosas.
Finalmente recuperamos a mi hermano cuando él tenía 18 años, pero ahora lo perdimos el 12 de diciembre de este año…», dijo Carlos.
El hermano mayor sostiene que solo vinieron a Puno para pasear por 3 días y luego irse; sin embargo, el primer día de su estadía, sufrieron la desaparición de su hermanito. «A Puno llegamos solo mi mamá Rosa, mi hermano José y yo…», agregó.
Antes de que Carlos diera detalles de cómo se perdió su hermano José Augusto, narró cómo perdieron a Yoselin, la menor de sus hermanas.
«Yoselin tenía solo un mes de nacida cuando una pareja de esposos canadienses se la llevó del albergue; le cambiaron de nombre.
Ella debería tener ahora unos 16 años; intenté comunicarme con ella, pero sus padres me bloquean…», contó melancólico, agregando que sus hermanos nunca debieron ir a un albergue puesto que su padre compraba alimentos y que no entiende la razón del por qué las autoridades le arrebataron de la compañía de sus hermanos.
COMPRABAN REGALOS
Carlos explicaba que ese día domingo 12 de diciembre, él pretendía comprar unas zapatillas y pantalones para su hermanito, a quien dejó sentado en una banca del jirón Lima. Cuando Carlos giró para probarle las zapatillas a su hermano, este ya no estaba, había desaparecido.
Aquel día trataron de encontrarlo, pero no tuvieron éxito.
DENUNCIA POLICIAL
Los familiares acudieron ante la Policía para denunciar la desaparición de José Augusto, un joven de 20 años que está con tratamiento mental, que mide 1.30 metros y de contextura delgada.
INACCIÓN
Carlos habló fuerte y claro sobre la poca o nula actividad de la Policía respecto a la búsqueda de José Augusto. «No me ayudan a encontrarlo, por el contrario, me dicen que me si quiero me vaya a quejar a la Comisaría o a donde yo desee…», anotó.
CÁMARAS
La familia logró visualizar las cámaras de videoseguridad, observando a José Augusto a través de las cámaras, cerca a una iglesia.
«No logramos tener más pistas en las cámaras de seguridad porque se tapa la imagen, ya no se le distingue. No sabemos si alguien se lo llevó con engaños. Algunas personas dicen que unos sujetos se lo llevaron en un auto.
TRISTE NAVIDAD
Mientras la gran mayoría de familias compartían la Nochebuena con todos sus seres queridos, la familia que le quedaba a Carlos debía de lamentar la ausencia de José Augusto.
VENDIENDO
Carlos tiene que vender panetones y juguetes para pagar un cuarto alquilado mientras aguardan encontrar a José Augusto. Para cualquier ayuda, comunicarse con el 950 241 947.
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