En Arequipa, antes de la pandemia, los niveles de pobreza monetaria oscilaban entre 12 y 14.6%, en tanto que ahora los porcentajes alcanzan entre 15.1% y 19.5%. Es decir, hubo un retroceso en la región. Como consecuencia, el departamento se ubica en el cuarto grupo de pobreza de la clasificación por regiones del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Las razones de este incremento en las estadísticas se atribuyen a la paralización de una gran parte de los sectores económicos durante la pandemia. En Arequipa, los rubros más importantes de la región, como el de la extracción de minerales (31.9%), manufactura (10.7%) y comercio (9.4%), sufrieron un retroceso debido a las restricciones de movilidad.
Con la reducción del empleo y la actividad económica, los arequipeños han reducido tanto sus ingresos como sus gastos mensuales. En el informe del INEI, se detalla que solo hace 2 años el ingreso promedio de un arequipeño oscilaba entre S/ 1.029 y los S/ 1.139, pero esto cambió abruptamente con la llegada de la emergencia sanitaria. En 2020, el ingreso mensual bajó hasta ubicarse entre los S/ 775 y S/ 899.
También el dinero que se gasta cada mes se redujo. En 2019, el dinero que un arequipeño gastaba al mes era de S/ 947. Un año después, el gasto mensual se aminoró en casi 200 soles, registrándose un promedio de S/ 781.
Estas cifras representan la urgente necesidad de la reactivación económica que requiere la región Arequipa por parte del nuevo gobierno. Sin embargo, los primeros mensajes de la gestión de Pedro Castillo han arrinconado a una de las actividades que generaría más rentabilidad al departamento: la minería. En ese sentido, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa (CCIA), Luis Caballero, indicó que existe una cartera pendiente de proyectos mineros por US$ 5.200 millones en la región, que incluyen el proyecto Tía María de Southern.
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