Cercado. Un juzgado dictó ayer nueve meses de prisión preventiva contra el obrero de construcción civil Anderson Bustos Dueñas (29), acusado de intentar matar a su expareja la noche del último 4 de julio en su vivienda.
Ese día, el varón y la víctima, según la tesis fiscal, acudieron a la casa del presunto agresor luego de participar en una fiesta deportiva con algunos familiares y amigos. El varón, en su domicilio, obligó a su expareja a que le brindara la contraseña de acceso a su celular porque creía que mantenía conversaciones sentimentales con otro sujeto. La mujer se negó, pero debido a que la arrastró de los cabellos por el suelo y la golpeó con puñetes en el rostro, ella accedió a darle la clave de su teléfono móvil. Sin embargo, más iracundo por lo que había leído en sus chats, le propinó patadas mientras la mujer se hallaba en el piso y golpeó su cabeza contra la pared.
El sujeto, además, habría tomado parte de un espejo roto para amenazarla con cortarle la cara. Y, en un momento, Bustos Dueñas agarró la tijera, la abrió y la presionó contra el vientre de la agraviada. Ella, afortunadamente, logró quitarle la tijera y lanzarla a la casa de un vecino.
La madre y la hermana del sujeto, quienes habrían llegado a la casa en horarios distintos y conocido sobre las agresiones contra la mujer, no advirtieron a la Policía. La agraviada durmió pensando que luego de que su exsuegra y excuñada supieron del ilícito, la socorrerían, pero ello jamás pasó. Ella durmió, amenazada de muerte si escapaba, a lado de su agresor. A eso de las 8:00 horas del día siguiente (5 de julio), la agraviada, en un descuido de su expareja, tomó su celular y envió un mensaje de texto pidiendo auxilio a su tía.
Ella y otros familiares de la víctima, unos 25 minutos después, se apersonaron con un equipo de efectivos a la casa del presunto agresor, quien quedó detenido.
El sujeto es acusado por los delitos contra la vida, el cuerpo y la salud en la modalidad de tentativa de feminicidio.
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