¡Cuidado! Dos ‘peperas’, junto a sus secuaces, se robaron el auto marca Toyota modelo Yaris de placa V1S – 075. Según fuentes policiales, todo comenzó el último martes en la tarde cuando dos jóvenes, que serían estudiantes de Derecho, habrían estado ingiriendo bebidas alcohólicas cerca del Terminal Terrestre.
‘PEPERAS’
De pronto aparecieron dos mujeres, quienes les ofrecieron más bebidas alcohólicas y compañía.
La reunión amena continuó en el carro de uno de los muchachos. Tan gratificante fue la compañía de las mujeres, que estas habrían recomendado a los incautos jóvenes a que guarden el carro en un grifo por el cuartel, para así los cuatro continuar tomando; esta vez en un hotel ubicado por la avenida Simón Bolívar.
Las horas pasaron y los jóvenes, quienes al parecer habían realizado dos ‘conquistas’, se quedaron profundamente dormidos.
SE LLEVARON ‘BOTÍN’
Las ‘peperas’ abandonaron la habitación. Pero antes habrían llamado a dos de sus secuaces para que sean ellos quienes rebusquen los bolsillos de sus víctimas y apoderarse de todo cuanto encontraran.
EL PREMIO MAYOR
Por si fuera poco, los delincuentes fueron por más. El premio ‘gordo’ era el automóvil.
La Policía maneja la hipótesis que estas mismas personas son quienes acudieron al grifo y se llevaron el vehículo con rumbo desconocido.
REACCIONARON
Los ‘galanes’ despertaron de su placentero sueño. Ellos notaron la ausencia de sus acompañantes; pero sobre todo, descubrieron que les faltaban sus pertenencias de valor (billeteras, celulares, entre otros).
DENUNCIA
Los agraviados habrían acudido a la Policía para asentar la denuncia y ver las maneras de recuperar el vehículo.
Los agentes de la unidad especializada habrían iniciado ya con las primeras indagaciones para recuperar el auto que fue robado.
LA POLICÍA
Los agentes del orden, desde hace varias semanas alertaron de la operatividad de una banda que acostumbra a llevarse autopartes, motos y demás vehículos bajo la modalidad de ofrecer trago a sus víctimas. Para ello, actuarían con mujeres, quienes tratan de enamorar a sus ‘presas’. Estas últimas deben cumplir un requisito: ser el propietario de un vehículo, o tener dinero.
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