Miguel Pino PonceMiguel Pino Ponce

No pensaba que a los años, el título de la obra de Hernando de Soto cambiaría de contenido. Ya no es el informal, no es el que pide a gritos inclusión y que el Estado burocrático e ineficiente lo excluye. Hoy, es “Sendero Luminoso” la vesánica banda de asesinos, la que aparece en la escena.

Ese grupo de hienas que piensa que el socialismo llegará cruzando un río de sangre. Ese nido de tarántulas que no quiere libertad de prensa (yo sería el primero en ser fusilado por no comulgar con la dictadura del proletariado). Esa banda de asesinos que odia la propiedad privada, que quiere estatizar todo; que amenaza el orden constitucional; por eso quiere cambio de Constitución para estatizar todo. Y algunos pasmados, que de historia y cultura económica adolecen, creen que esa clase de experimentos no lleva inexorablemente a implantar una dictadura. Hoy, cual serpiente que se cambia de piel, los senderistas pasaron luego a ser el Movadef, y demás satélites: Por estrategia se cambian de nombre, pero su ideología llena de odio, sangre y frustración se mantiene; por eso se infiltraron en cuanta organización social hubo y hay.

Y como lamentablemente, lo que menos hay, es conocimiento de historia, algunos bobos creen que él no es la hiena que está dentro; sino el cordero vestido de pastor, que la dinamita no existe; sino es el lápiz. Creen que el sombrero es real y no el maquillaje de un pasamontañas con el que anónimamente asesinaban. Esas poses “humildes”, me recuerdan al sanguinario Pol Pot, el camboyano, que al pretender (como este) que todos sean iguales en la miseria y que todos sean iguales en la pobreza, resolvió a enviar a todos a volverse agricultores ¿similitudes o certezas? Y la admirada “revolución” venezolana, a lo que este profesor (cuya cultura económica es menos que raquítica) pregona; empezó justamente por cambiar la Constitución. Lo peor, es que Sendero, se infiltró hasta en los propios partidos supuestamente democráticos: En Puno hubo una candidata del supuesto democrático partido de la lampa, cuyo mensaje era el mismo que del Movadef. Y claro, como las agrupaciones políticas de hoy y sus militantes tienen una raquítica formación ideológica lo único que los distingue es el logo de la agrupación.

Por eso, la segunda vuelta en ciernes va a ser una confrontación entre la propiedad privada y la expropiación. La tesis de que el poder se conquista por las armas y se mantiene por la dictadura; frente a que la república supone una alternancia del poder. Entre el estatismo y el respeto a la inversión privada, entre la posibilidad de elegir en el mercado, o simplemente acatar lo que el estado le pueda ofrecer. Y lo peor: Que solo el estado puede decir que es lo que conviene a uno, o no. Ejemplos en el mundo los tenemos: Ahí está Corea del Norte, Cuba, y Venezuela. Y como serán de exitosos los modelos estatistas que el primero en abandonar esas quimeras afiebradas fue Rusia, la patria de Lenin. Y la China comunista de Mao, promueve más bien el capitalismo más salvaje. Lo único que quedaría son los modelos venezolano y coreano. ¿Cuál prefiere el profesor ex – toledista, ex – fujimorista, pro-chavista y semi rural?
Y lamentablemente, están en la orilla contraria al senderismo encubierto; nada menos que otra propuesta que demolió la institucionalidad de los partidos, pervirtió la democracia y mostró un rostro ruin de la economía de mercado: El fujimorismo. Qué pena que tengamos que ir a votar tapándonos la nariz, para defender el modelo económico y la democracia.

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