Arequipa. El cadáver del boxeador José Eduardo Adriazola Hurtado (25), quien fue reportado como desaparecido por su familia el 20 de enero de este año, no presenta fracturas ni heridas punzocortantes u otras lesiones que determinen un posible homicidio. Así lo reveló la necropsia de ley practicada el último viernes. El abogado de la familia del difunto estuvo presente en esta diligencia.
El entrenador de boxeo, además, no habría sufrido algún robo, dado que el equipo de agentes de la Depincri halló su billetera con dinero y sus documentos personales a unos metros de su cadáver.
El occiso, a quien su familia reconoció por los tatuajes en su cuerpo el último 2 de marzo, yacía en la quebrada Chacaylla en la parte posterior del cementerio de Cotahuasi, en La Unión.
El deportista, según las primeras investigaciones policiales, caminaba con dirección al cementerio de la localidad, situado a espaldas del terminal de buses, donde antes una trabajadora le impidió viajar por su estado de ebriedad. En ese transcurso al cementerio, el varón no se percató de que se encontraba a solo 7 metros del acantilado, lugar donde perdió el equilibro y cayó hacia al abismo.
La escena donde se encontró el cadáver, según la Policía, revela que el joven se arrastró unos 10 metros y se acomodó en un lugar del acantilado para esperar por una ayuda que nunca llegó.
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