Miguel Pino PonceMiguel Pino Ponce

Como no conocemos nuestra historia, siempre repetimos el drama. Por eso volvemos a repetir lo que pasó en la infausta guerra con Chile, cuando el general chileno que nos gobernaba, llamado Mariano Prado, se fugó del Perú con todas las donaciones captadas para comprar armas. Y lo peor: Salió del Callao, en compañía del embajador inglés y del cónsul chileno. Por eso, el feroz orador Manuel González Prada, decía que el Perú es un organismo enfermo, que donde se pone el dedo salta el pus.

Pero don Manuel dijo eso hace 107 años atrás. No conocía el Perú-Covid de hoy; sin embargo vaticinó todo esto. Hoy, cuando enfrentamos otra guerra, contra el enemigo silencioso y mortal, resulta que son los generales los primeros en cubrirse, en escapar de la metralla mortal del virus. Son los primeros en ser vacunados. No importa que no haya oxígeno, que no existe a la fecha un solo hogar peruano que no haya sido afectado por este enemigo mundial. Y es otro presidente, el primero en ponerse a salvo, pero negándolo cual Pedro. No es apóstol, pero sí un traidor, un miserable; es Martín: No es el pescador sino el pecador. Y la pregunta ya no es ¿cuántos otros Brutos, clavaron el puñal al pueblo peruano llamado César? Aunque la interrogante es: Cuántos no. Cuántos coronados, sí. Cuántos otros Judas, prefirieron ellos agarrar la vil tabla de la corrupta vacuna china; antes que comprarles a los alemanes y los americanos.

Este escenario me hace recordar, a cuando en pleno Fujimorazo; una “delegación” comercial se encargó de “cotizar” un radar, para el Aeropuerto “Jorge Chávez”. Resulta que cuando los alemanes les cotizaron en 30 millones, los peruanos les ofertaron menos “no importa usado, aunque sea repintado; pero que sean 10 millones menos, sino de dónde saldría la comisión”. Ante esa propuesta los alemanes los botaron a patadas. Ya me imagino los chinos –de moral tan consistente como un billete de dólar- cuánto le dieron a Vizcarra ¿No son conocidas sus coimas cuando era gobernador regional de Moquegua? ¿O me va a decir que no cobró ticket? Pero, para protegerse de cualquier posterior contingencia – porque acá siempre se le notan a la legua las patas al caballo- hizo que todos lo que pudieran también se vacunaran contra el Covid, pero recibieran alborozados el “otro” virus, bien peruano llamado Coima.

Por eso, lo menos que puede hacer la Fiscalía – a la que normalmente le cuelgan las glándulas para arriba- es pedir Prisión Preventiva. No me vengan con esa tontería de su presunción de inocencia. Pregúntenles de eso a los más de 43 mil muertos. Y hay que ser un hijo de mala madre para siendo funcionario del Estado (chupando de la teta del Estado) preferir ser los primeros en salvarse, a costa del resto. Y en esta cruzada por la salvación nacional, hay que señalar con el dedo acusador. Acá no valen las miradas de seminarista de los ojos tristes, ni de cordero degollado. Esas cosas en este país no sirven, salvo para proteger a los corruptos. Hay que escarnecerlos a quienes en pleno guerra contra el virus, se robaron las armas, las municiones. No hay compasión posible contra quienes pedían paciencia y sacrificio al pueblo, pero prefirieron vacunar hasta a su perro; antes que a muchos peruanos valiosos que se sacrificaron como enfermeras, como médicos, como voluntarios. No puede haber perdón, ni cuenta nueva; a quienes demostraron absoluta indolencia. Acá no juega “dar la otra mejilla”, sino la ley del talión. Si hoy no cortamos la cabeza del lagarto Vizcarra, saldrán en el futuro otros lagartos; con más cabezas.

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