La Yarada-Los Palos. La pareja conformada por Sabino Machaca y Susana Cauna mantenía hasta el último lunes la esperanza de hallar con vida a su hija de solo 20 años Judith Machaca Cauna tras su desaparición el pasado 28 de noviembre. Sin embargo, este martes policías especializados en rescate y peritos de criminalística recuperaron el cadáver de la joven del pozo de agua ubicado en un predio de La Yarada donde por 25 días se realizaron labores de excavación en su búsqueda. Como un macabro epílogo de esta triste historia, sorpresivamente se halló también en el lugar el cuerpo de una segunda mujer.
Luego de que el lunes se encontrara cabello y otros restos humanos y una prenda de vestir a 85 metros de profundidad en el pozo de la manzana A de la asociación Nuevo Renacer Agrícola, peritos en criminalística y agentes policiales de rescate llegaron al lugar ayer para rescatar el que hasta este momento era aparentemente el cuerpo de la joven. Temprano, antes de las 07:00 horas, llegaron al lugar vehículos policiales de diversas comisarías y la Unidad de Servicios Especiales de la Policía Nacional, bomberos, representantes del Ministerio Público y funcionarios y trabajadores del Proyecto Especial Tacna (PET), quienes ejecutaron la excavación hasta hallar los indicios de la existencia de un cadáver en el lugar.
Alrededor de quince agentes policiales siguieron el protocolo para internarse en el pozo por turnos de veinte minutos, equipados de arneses, combos, sacos y oxígeno. Solo diez minutos antes de las 11:00 horas empezó la labor de ingreso a la excavación, hasta que al mediodía se halló una prueba determinante: un morral femenino conteniendo no solo el documento nacional de identidad (DNI) de Judith Machaca sino también tarjetas y otras pertenencias menores de la joven.
Luego de ser identificadas las pertenencias de la desaparecida estudiante, un nuevo contingente policial llegó a la escena, esta vez para reforzar la seguridad luego de que se presentara en la zona familiares de la joven, amigos y vecinos. A las 14:15 horas se conocía que en el sector La Florida, en Alto de la Alianza, agentes policiales mantenían un cerco en la vivienda de la familia del principal sospechoso de la desaparición, el suboficial de la Policía Nacional Santiago Paco Mamani. Finalmente efectuaron una intervención a los padres del policía, Jorge Paco Cabrera y Nancy Mamani Huayhua. Cabe indicar que ambas personas serían propietarias del predio donde se ubica el pozo en el que ayer se efectuó el macabro hallazgo.
Los padres de Santiago Paco fueron trasladados a la sede del Depincri, ubicada en la comisaría 24 de Junio de Gregorio Albarracín, donde permanecerían cuatro horas para posteriormente quedaron detenidas por siete días tras emitirse una resolución judicial de detención preliminar. Diez minutos después de este suceso los peritos que cumplían labores en el pozo en La Yarada retiraban envuelto en una bolsa negra y plástico azul el que se creía hasta entonces sería el cuerpo de Judith Machaca.
DOS CUERPOS
Ya para ese momento se barajaba la posibilidad de que fuesen dos y no uno los cadáveres confinados en el pozo, hecho que se confirmó cuando los peritos nuevamente retiraron una bolsa envuelta en plástico conteniendo un segundo cuerpo, esta vez en un estado mucho más avanzado de descomposición, con presencia de fauna cadavérica y del cual se conoció que correspondería a una mujer joven por sus rasgos, quien habría fallecido de dos a tres meses antes que la otra víctima. Ambos cuerpos se trasladaron al interior de un inmueble de la familia Paco Mamani ubicado a 400 metros del pozo.
RECONOCIMIENTO
Con las pruebas inicialmente encontradas y con el transcurso de las horas y el hallazgo de nuevos indicios, los padres de Judith Machaca se encontraban casi cien por ciento seguros de que el primer cadáver retirado era de su hija. Esto no disminuyó el dolor y la rabia que sintieron cuando, aproximadamente a las 16:00 horas, primero el padre y luego la madre de la infortunada joven pudieron ingresar al inmueble para reconocer su cuerpo.
En el exterior de la vivienda, representantes de colectivos de defensa de los derechos de la mujer, amigos y familiares brindaron gestos de apoyo y pésame a “papá Gabino” y “mamá Susana”, quienes no dejaban de llorar. El protocolo para determinar las identidades de los cadáveres demandó una inspección de ambos cuerpos en el inmueble, seguida del traslado de los restos a la morgue central, donde posteriormente se podría comparar muestras de ADN para cumplir a cabalidad la identificación de las víctimas.
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