Cercado. Antes de la pandemia, el transporte público ya era deficiente. La cantidad de vehículos era insuficiente, lo mismo que las rutas, para responder a la demanda de la población. Otro tema es la aglomeración de personas en el interior de los buses. Los pasajeros parados superaban a los usuarios que iban sentados.
A estos problemas se suma el de las restricciones por motivos de seguridad, a causa de la covid-19. Por ejemplo, el uso de protectores faciales. Según documentos de la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA), a la fecha se han distribuido 300 mil máscaras faciales, pero esto no se refleja en los hechos.
Situación similar sucede con el uso de la mascarilla. Cada vez es más común su uso de manera incorrecta. Sin embargo, poco o nada ha podido hacer la Gerencia de Transporte de la comuna provincial por solucionar estos problemas, que se hicieron evidentes en la primera etapa de la crisis sanitaria.
Juan Carlos Callacondo, subgerente de Transporte, señaló que pese a su esfuerzo, el panorama es difícil de controlar porque no hay suficientes inspectores para fiscalizar a todas las unidades del SITransporte.
De momento son 90, pero al menos 14 están de manera permanente en el eje vial Jerusalén-San Juan de Dios. A esto se suma que las actas interpuestas tampoco se resuelven de inmediato, ya que, en su mayoría, tienen sanciones económicas mínimas.
Por ello, los conductores no fiscalizan que los pasajeros suban a las unidades con protectores ni se preocupan por cumplir con las rutas asignadas, ya que prefieren ir por los caminos que son más públicos y, por lo tanto, rentables.
Comentarios de Facebook