El 22 de diciembre, días previos a la Navidad, el ciudadano Rolando Aza Acjocalla, quien se desempañaba como técnico electricista, sufrió un accidente en la salida a Huancané, en Juliaca. Ese día, sus compañeros dijeron que Rolando ataba unos ganchos de remolque en medio de dos camionetas, pero un irresponsable chofer de la empresa «Galcas», estrelló su unidad de placa AHM-715, contra la camioneta de atrás, haciendo que el técnico quede atrapado y sufra lesiones graves.
LOS HECHOS
Yackelin Barrera Luque, esposa de la víctima, informó que después del accidente, el chofer Juan de Dios Huacasi Huacasi, quien estaba en aparente estado etílico, escapó y recién acudió al día siguiente para hacerse el dosaje etílico que, por obvias razones, resultó negativo.
A consecuencia del siniestro, Rolando Aza terminó con fisuras en la columna y la base del cráneo, además de fracturas en las costillas y el pómulo izquierdo.
Según la cónyuge, se apersonó un abogado de la empresa Galcas, quien le pidió que arreglen; no obstante, le pidieron que no denuncie a la empresa y solo implique al conductor, pero al no acceder a tal petición, los cobardes desaparecieron, abandonando al herido.
¿Y LA DENUNCIA?
Yackelin Barrera acudió al Ministerio Público para conocer el estado de su denuncia, pero le informaron que el caso aún no ingresó a la Fiscalía. Asimismo, al acudir a la Comisaría, los efectivos le dijeron que ella tiene que costear el médico legista y que lleve a su esposo donde el galeno. «Mi esposo no puede moverse, los gastos de movilidad son altos. Espero que el caso no quede impune», dijo.
Con este desenlace, la mujer renunció a su trabajo para atender a su pareja y sus tres hijos. Uno de ellos, de 13 años, salió a trabajar para ayudar con los gastos y en el poco tiempo que tiene Yackelin hace de vendedora ambulante cerca del mercado Unión y Dignidad.
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