De acuerdo con Marco Chauca, gerente de la Corporación Administradora de Terminales Terrestres de Arequipa (Corattsa), 20 de las 55 empresas de transporte que funcionaban hasta antes de la llegada del nuevo coronavirus al país, corren el riesgo de quebrar debido a que presentan problemas económicos para poner operativos sus servicios.
Desde que el Gobierno nacional decretó el término de la cuarentena en la región, el transporte terrestre inició sus operaciones el 1 de setiembre. Sin embargo, para ese entonces y tras cinco meses de permanecer en aislamiento social obligatorio, la economía de las empresas de transporte se vino abajo, puesto que tuvieron que asumir, de igual manera, el pago de los servicios básicos del establecimiento, salarios de los trabajadores en planillas, entre otros gastos prioritarios. Esto originó la suspensión de sus servicios, que hasta el momento no tienen un retorno definido.
BUSES AL 60%
No obstante, estas empresas no son las únicas que están en problemas sino también las que retornaron a brindar el servicio, debido a que aún la demanda no llega al 100%. En promedio cada día se transporta a 3 mil 500 pasajeros, mientras que antes había un flujo de 15 mil usuarios, 7 mil que llegaban de otras regiones y otros 7 mil que partían a otros destinos.
Situación similar sucede al interior de los buses, de 54 asientos solo se ocupa el 60%. Es decir, un promedio de 32 pasajeros. Esta disminución de usuarios impide que se cubran los gastos de operación y contribuye a la demora de la reactivación del sector.
SIN CONTROL
Por otro lado, Chauca lamentó la desidia de las diferentes autoridades de la región, puesto que hasta ahora ni el Comando Covid-19 ni los gobiernos regionales y locales han gestionado el control de la llegada de pasajeros, y se desconoce los que son positivos al virus. Esta preocupación aumenta de cara a las fiestas de fin de año, ya que para esas fechas preven que la demanda de viajes aumente entre un 25% y 30%.
En la misma línea, el gerente del terminal informó que tampoco la autoridad provincial, Omar Candia, ha hecho algo por disipar el comercio ambulatorio que se registra desde tempranas horas en la entrada del terminal. Según Chauca, sus productos no cumplen con las medidas de sanidad ni tampoco respetan los protocolos de bioseguridad. “El distanciamiento social ni el uso de barbijos existe para ellos”. Esto ha generado malestar en los stands de comida del interior del terminal, dado que les exigen cumplir con el protocolo; de lo contrario, son clausurados. Empero, esto no aplica para los informales, sostienen.
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