Según la última encuesta de Ipsos sobre intención de voto, George Forsyth todavía sigue liderando las preferencias, aunque con tendencia a bajar, pues ha perdido siete puntos porcentuales desde setiembre, al pasar de 23 % en ese mes a 19 % en octubre y 16 % en noviembre. Le siguen Julio Guzmán con 7 %, Daniel Urresti y Verónika Mendoza. Más atrás se encuentran Hernando de Soto y Keiko Fujimori, candidata esta que ha visto aumentar el sentimiento de rechazo a su postulación, por su participación en la crisis que llevó a la vacancia de Vizcarra y a las grandes marchas de los jóvenes.
Como es usual, los candidatos que van a la delantera son demolidos sistemáticamente por los operadores políticos de los candidatos rivales. En ningún sitio se puede percibir mejor esta demolición como en las redes sociales, por su extremada rapidez de difusión, por la opción de emitir mensajes de manera anónima, y por la ventaja de una gran cobertura cuando se paga publicidad a un costo barato. En este sentido, el candidato más vapuleado, por obvias razones, es el que va punteando las preferencias. Forsyth tiene una mayor acogida en los sectores C y D, por lo cual -seguramente- trata de explotar una imagen de persona sencilla y campechana, aunque el tiro puede salirle por la culata, como viene ocurriendo con una reciente foto, muy compartida, donde se le ve tomando leche en balde, recién extraída de la vaca, que más ha sido motivo de burla que de aceptación popular.
Su posición frontal de rechazo a la vacancia del expresidente Vizcarra le sirvió a Julio Guzmán para avanzar algunos números en las encuestas, en las cuales se le veía muy rezagado, en gran medida por el famoso incidente donde se le ve salir corriendo (al estilo Forrest Gump) de un hotel, donde había dejado abandonada a una “cercana” militante del Partido Morado.
Es de sobra conocido que Daniel Urresti enfrenta graves acusaciones de homicidio y abuso sexual, sucesos ocurridos en 1988, cuando era capitán en Huanta, Ayacucho, en medio de la violencia subversiva de esos momentos. Ese estigma lo seguirá persiguiendo pese a los esfuerzos que sus asesores pongan en reforzar su imagen de “corajudo”, y de “tener pantalones” para enfrentarse frontalmente a la delincuencia y a políticos corruptos como los del partido naranja.
A eso se añade su pertenencia a Podemos Perú, partido político fundado por José Luna Gálvez, dueño de Telesup (la más emblemática de las “universidades-bamba”), uno de los principales instigadores de la vacancia presidencial, y detenido por orden judicial a raíz de su participación en múltiples delitos, asociados a la ya famosa “banda de los cuellos blancos”.
“Comunista, chavista y terruca; partidaria de ideas que buscan destruir la familia y que son un peligro para la estabilidad económica del Perú…”, esto es una pequeña muestra del cargamontón de acusaciones irracionales que arrastra Verónika Mendoza, estigmatizada como ”izquierdista-terruca” por los operadores políticos de la derecha.
De momento, este es el panorama de las elecciones presidenciales; probablemente, las más apagadas, deslucidas y desmotivadoras de toda la historia electoral del Perú.
(*) jkenta@hotmail.com
Comentarios de Facebook