Debido a acciones de control de contagios en el marco de la pandemia del nuevo coronavirus, la Beneficencia Pública de Puno dispuso que los días 1 y 2 de noviembre los tres cementerios de la ciudad de Puno permanecerán cerrados.
No obstante, desde tempranas horas, las puertas amanecieron resguardadas por policías que impedían el ingreso.
Rubén Chambi, funcionario de la Beneficencia, explicó que en la víspera recibieron un oficio de la fiscal de Prevención del Delito, Marleny Urbina, exhortando que tampoco se atienda estos días porque estarían vulnerando las normas de emergencia sanitaria y distanciamiento.
El ingreso en los cementerios Laykakota, Yanamayo y Ventilla, permaneció cerrado, hasta que al promediar las 11:00 horas, la presión de los pobladores hizo que se reabrieran.
El personal de la Beneficencia Pública, apoyado con Serenazgo y policías, controlaron que solo ingresen en grupos de 5 y 10 personas. Se evitó el ingreso de bebidas alcohólicas, solo se dejó pasar flores e implementos para arreglar las tumbas.
La flexibilización solo fue por algunas horas, pues el acceso nuevamente fue bloqueado al promediar las 17:00 horas.
Las patrullas de Serenazgo anunciaban por altavoces que desde hoy los tres camposantos de la ciudad permanecerán cerrados, por lo que pidieron que no insistan. «¡Señores, hoy se hizo una excepción con el debido control, tenemos órdenes de la Fiscalía, hoy no se atiende, por favor no insistan!», repetían en la tarde.
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