Arequipa. La pandemia ha afectado a todo el sistema alimentario y ha puesto en descubierto su fragilidad tras el cierre de fronteras, restricciones comerciales y medidas de confinamiento que impidieron que los agricultores accedan al mercado para vender sus productos y como consecuencia se produjo la pérdida total o parcial de sus cosechas.
Pese a esta situación, según Jesús Díaz Salas, presidente de la Sociedad Agrícola de Arequipa (SADA), poco ha hecho el Ejecutivo, puesto que solo el 2% de los 55 mil agricultores de Arequipa ha podido acceder a los créditos anunciados para el sector.
Estas condiciones han puesto en jaque a los hombres del campo, que de por sí ya sufren la falta de seguridad y protección laboral, y ahora con la crisis que enfrentan debido a los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus han tenido que alquilar sus tierras para poder sobrevivir y cubrir las deudas de la campaña pasada con las entidades bancarias.
La falta de acceso a los préstamos otorgados por el Gobierno nacional se debe a que los bancos exigen garantías prendarias por 20 mil o 30 mil soles, además de la asociatividad que solo suele darse en los grandes productores, a diferencia de la mayoría de ellos, que trabajan de manera individual con limitadas hectáreas.
Con todo esto, más la descapitalización que vienen sufriendo, Díaz sostuvo que los agricultores han hecho lo imposible para sembrar la mayoría de hectáreas con productos como ajo, papa, cebolla, arroz, hortalizas, entre otras, para la siguiente campaña, a fin de no desabastecer a los mercados y afectar a la población.
Sin embargo, su preocupación es latente, puesto que la inquietud por la COVID-19 continúa, ya que los pronósticos de una segunda ola podrían agudizar su situación y llevar a la quiebra a los que se endeudaron en esta campaña y solo recibieron pérdidas.
Finalmente, el presidente de SADA volvió a solicitar a las autoridades regionales que presten atención a las necesidades del sector.
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