Bustamante y Rivero. A diferencia de los adultos que acuden al doctor al momento de ver alguna anomalía en su cuerpo, los niños dependen de alguien más, de sus padres y maestros (hasta el año pasado pasaban más tiempo con ellos). Y si estos últimos no se dan cuenta de los signos de alerta de las afecciones cancerígenas, después podría ser muy tarde.
En promedio, el 30% de los casos que recibe el Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas (Iren) Sur llegan en estadios avanzados, es decir, cuando el tumor es muy grande o la afección se encuentra en todo el cuerpo del menor, señala Berenice Rodríguez, gerenta de la entidad.
En esta etapa, además del tratamiento, los pacientes reciben cuidados paliativos, y se hace tdo lo posible para que durante el resto del tiempo que les queda, lo vivan bien, sin dolor y con su familia.
La leucemia es una de las enfermedades más comunes en los niños, la misma que, según estudios, tiene las tasas más altas de curación. Por ello, sostiene Rodríguez, es necesario conocer los signos de alerta (ver cuadro) para su detección temprana. Si se detecta al menos 3 de los síntomas, hay que llevar al niño al menos donde un pediatra.
Desde que el Iren Sur empezó a funcionar, en 2009, se han detectado 365 niños con cáncer, siendo las afecciones más frecuentes, después de la leucemia, el osteosarcoma (cáncer de hueso), linfoma, el cáncer de riñón y cáncer de hígado. También está el tumor de encéfalo.
LEY DE URGENCIA
A nivel nacional, además de la detección tardía de la enfermedad, existe otro factor por el que menos niños con cáncer superan la enfermedad; es la interrupción del tratamiento. Aunque en el Iren Sur no es muy frecuente. Estas barreras se buscan romper con la recientemente publicada Ley N° 31041, de urgencia médica para la detección oportuna y atención integral del cáncer del niño y del adolescente.
Rodríguez señala que solo el 10%, o menos, de pacientes abandonan el tratamiento debido a que viven lejos y no tienen los recursos suficientes para trasladarse o para pagar un hospedaje en Arequipa. “Es necesario un albergue porque el tratamiento es largo, permanente, puede durar años. Los pacientes vienen una, dos y a la tercera ya no vienen”, advierte.
Durante muchos años esto ha dificultado que los niños se curen, por lo menos de leucemia. Los menores están sujetos a las decisiones de sus padres, que por temas económicos o incluso por creencias dejan de ir al Iren Sur.
No obstante, el personal de la institución hace un seguimiento cercano y conversan con sus papás y en algunos casos pueden albergarlos y facilitarles alimentación cuando el niño debe ser hospitalizado.
Con esta nueva ley se establece de manera excepcional y única el derecho de obtener una licencia con goce de haber hasta por un año, cuando el trabajador tenga a su cargo a un hijo, niño o adolescente menor de 18 años diagnosticado con cáncer por el médico especialista.
La norma precisa, además, que el pago por los primeros 21 días de licencia será cubierto por el empleador y el tiempo restante por EsSalud.
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