Cuando tuve la primera oportunidad de informar oralmente ante la Corte Suprema (hoy solo la conocen virtualmente) y aún se ingresaba por la puerta principal; me encontré con el busto conmemorativo al primer Presidente de la Corte Suprema don Manuel Lorenzo de Vidaurre, el “genio eléctrico” como lo llamó Bolívar. Era tan “eléctrico”, que a su vez convivía con su esposa, su cuñada; y también cumplía con su empleada. Y era tan simbólico, que salía por la puerta principal de su casa, por la del costado; o por la trasera de acuerdo a con quien estuvo.
Bueno, a él se le recuerda por su “Código Penal”, cuyas penas iban desde, derramar la simiente en el campo, cargar la calavera de la víctima y otros “delirums tremens”. Desde luego que no se le recuerda por algún “aporte” al Derecho de Familia”. Con los años, conozco a muchos jueces de clara ejecutoria “eléctrica” y que han hecho de su institución un harem, imponiendo a sus favoritas en cada concurso. Al que le caiga el desmonte que se aguante.
Pero hasta la fecha no he escuchado a ningún magistrado adicto a las ceremonias oficiales, hablar del Derecho Peruano Pre-España. Y más bien seguimos invitando a juristas españoles, con tantos títulos como inútiles son; que no han podido denunciar a su propio ex –Rey, el casquivano Juan Carlos de Borbón, quien dilapidó la hacienda pública española.
¿Así nos van a hablar de “dogmática penal”? Pero seguimos de colonos mentales. Ni que decir del Derecho Penal alemán: No conocen ni una cervecería de Múnich, pero citan a clásicos teutones; cuando el Derecho Penal del enemigo, hoy por hoy está en expansión, por la seguridad que la sociedad moderna exige; antes que la libertad. Pero no, como “los países desarrollados tienen el “garantismo” como modelo, nosotros también” y la delincuencia que campea todos los días les da una cachetada ¿Porque no hablar del derecho penal del imperio incaico? Ah no, eso es para cholos ¿verdad?
Ahora sobre nuestro Himno Nacional: Resulta que el Tribunal Constitucional resolvió en el año 2005, que la estrofa que cantábamos antes“…largo tiempo el peruano oprimido”, era apócrifa, y nos endilgó la séptima; donde se evoca al “Dios de Jacob” ¿Y dónde estuvo éste, cuando Pizarro y sus cómplices hicieron del Perú, una nefasta orgía de sangre? Pero ven, cantan alegremente cualquier cosa, sin tener un sentido crítico. Por eso esta así la juventud degenerada, que no tiene una lectura crítica de su historia, ni de sus instituciones; y menos de sus autoridades. Al parecer todos van a asistir –luego de escuchar los aburridos “webeonar”- al campeonato de ovejas. Seguro ganan ¡Los peruanos sí podemos!
Y si tratamos sobre el socorrido “Somos libres”. A los peruanos nos encantó siempre la esclavitud. Lo practicaron de una forma más astuta y productiva los incas; brutal y sangrienta los cristianos españoles. Luego nosotros, los liberados de España (pero con coloniaje mental) que seguimos manteniendo a los negros como esclavos, trajimos a los “coolies” chinos, para esclavizarlos en las haciendas azucareras; todo bajo la “libertad de contratación”. Los hacían firmar contratos redactados en español, a quienes no sabían ni dónde quedaba el Perú, ese país “de las colinas de arena” del que habla Fernando de Trazegnies, en su obra sobre la esclavitud a la que sometimos a los chinos. Por eso, ellos fueron quienes marcharon a la cabeza del invasor chileno, incendiando las haciendas donde fueron esclavos. Pero ya no sigo más, solo decir que ojala, que quienes hoy gritan por una nueva Constitución, no hagan como las anteriores 12 (incluyendo el Estatuto Provisorio de 1821) invocando al “Dios de Jacob”. Recuerden que él llegó con el cura Valverde !Al menos invoquen las glorias del gran estadista y sistematizador que fue el Inca Pachacútec!
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