Un nuevo conflicto social está a punto de explotar en el sur del país, esta vez con epicentro en el distrito de Caylloma. La causa sería similar al que provocó la última revuelta en Espinar (Cusco), el pago por parte de las empresas mineras de un bono solidario que ayude a sobrellevar la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus.
La Asociación Frente Único de Defensa de los Derechos e Intereses del Distrito de Caylloma (Fudicay) emitió la noche del lunes un comunicado de prensa donde reclama a la Minera Bateas SAC que cumpla con cumplir con el acuerdo tomado el pasado 2 de junio, que la obliga a destinar un bono solidario a la población de este distrito.
En esa fecha se realizó una reunión entre representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), el Ministerio de Energía y Minas (Minem), el Ministerio del Interior, autoridades de este distrito y fuerzas vivas, entre ellas el Fudicay.
El pedido de apoyo económico fue aprobado por mayoría. Votaron a favor los representantes de las autoridades de este distrito, el alcalde Leonardo Huaccha Condo, y de la sociedad civil, Edison Llaccho; en contra lo hizo la minera, que se negó a rubricar el documento argumentando que no era viable hacerlo.
Para financiar el bono -se explica en el acta- se haría uso del Fondo de Desarrollo del Distrito de Caylloma que hasta el momento ha entregado Bateas.
Son 4 millones de soles que son fiscalizados por un Comité de Gestión. Del monto global, 2 millones han sido destinados al desarrollo social del sector alpaquero y los otros 2 millones se planteó que sean utilizados para financiar el bono solidario.
La minera se opuso al acuerdo. Luego se programaron hasta cuatro reuniones más, donde la mina –según el comunicado– seguía dilatando la entrega del apoyo económico.
La última fue este lunes 27 de julio, donde fueron invitados los tenientes gobernadores de todo el distrito, pero no se les dejó ingresar.
Ante esta situación, el representante del Fudicay decidió retirarse dejando en claro su pedido de que se cumpla el acuerdo tomado el pasado 2 de junio.
No es el primer desencuentro que se tiene con Bateas en medio de la pandemia.
La presencia de casos de coronavirus entres sus trabajadores también provocó el reclamo airado de la población, debido a que los comboyes que transportan su mineral y los buses que trasladan a su personal pasan obligatoriamente por este distrito.
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