Al 26 de julio de 2020, la covid-19 ha causado más de 18 mil muertes en el Perú, que se convirtió en uno de los países donde la epidemia se ha salido de control y, de momento, aún no da tregua. Sin embargo, dichas cifras no se ajustan a la realidad. Es cada vez más evidente que detrás de la tragedia puede haber una tragedia aún mayor: el virus se habría cobrado más de 42 mil vidas, según cifras que arroja el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef).
Lo mismo sucede en la región Arequipa, donde -según los datos oficiales de la Gerencia Regional de Salud- nos acercamos ya a los 1.000 fallecidos. Empero, dicho registro tampoco se ajusta a la realidad debido a que, durante los meses de marzo, abril, mayo, junio y julio de años anteriores, las cifras eran inferiores. Lo que quiere decir que el incremento de muertes en comparación con el mismo período de otros años se debería a la pandemia del coronavirus.
Según el Sinadef, en el 2018, en el lapso de estos cinco meses, hubo 2.409 defunciones, mientras que en el 2019, en el mismo periodo, se registraron 2.968. Empero, en el presente año, hasta el 26 de julio, son 4.871 fallecidos. Es decir, si se hace una comparación de las cifras en el mismo lapso durante los últimos dos años, se puede establecer una diferencia bastante importante de fallecidos, que coincide con las muertes registradas en el marco de la llegada del virus.
En la misma dirección, un estudio de la Universidad Católica San Pablo (UCSP) concluye que el número no encaja y que, al 9 de julio, las muertes serían el doble de lo que declara el Gobierno Regional de Arequipa. Sin embargo, para Hipólito Chaiña, médico y congresista por la región, los decesos por coronavirus serían el triple de las cifras oficiales. Según el miembro de la bancada de Unión por el Perú (UPP), esto se debería a que no hay un registro completo que reúna todos estos datos.
Otra de las razones para que se genere este subregistro es que muchos registros se han llenado con actas de defunción que muestran diagnósticos confusos como «probable COVID”, «sospechoso de COVID”, «neumonías atípicas” o formulaciones similares, ante la imposibilidad de confirmarlos en una prueba de laboratorio.
No obstante, hay otro grupo que debido al incremento de casos prefiere no asistir a los nosocomios, pese a presentar ciertos síntomas, por temor a contagiarse en caso de no tener covid. Esto originaría que muchos pacientes se queden en sus viviendas y fallezcan allí debido a complicaciones con las enfermedades preexistentes.
Finalmente, también influye en el subregistro la aplicación de pruebas en zonas periféricas o rurales, puesto que apenas cuentan con test para realizar los tamizajes y muchos de los pobladores que presentan síntomas asumen que es una gripe estacional o alguna otra enfermedad.
Ante esta situación, la Contraloría General de la República informó el último jueves que va a investigar el desfase de defunciones a fin de sincerar las cifras.
Comentarios de Facebook