En las últimas semanas, la ivermectina está siendo altamente demandada en varias regiones del país e incluso, a raíz del éxito que según algunos médicos ha obtenido en la lucha contra el virus SARS-Cov-2, causante de la enfermedad covid-19, el Gobierno Regional de Arequipa autorizó la producción del medicamento en diferentes nosocomios de la región.
Sin embargo, en los últimos días, diferentes profesionales de la salud advirtieron que el uso de la ivermectina no está avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a que su eficacia y seguridad no están probadas científicamente según la Guía del Manejo Clínico de COVID-19 del 27 de mayo del 2020. Empero, el organismo también aclara que no se limita la producción debido a la falta de evidencia.
Al respecto, Javier Gutiérrez, decano del Colegio Médico de Arequipa, señaló que considera impertinentes los avisos de algunas autoridades, sobre todo del máximo representante de la región, el gobernador Elmer Cáceres Llica, quien en más de una ocasión ha anunciado que repartirán el fármaco sin costo alguno a la población, tenga o no coronavirus. «La meta es producir un millón de frascos de ivermectina en todos los hospitales para repartir a los pacientes positivos, a su familia, el barrio y la población en general», detalló.
Para Gutiérrez, estos anuncios solo deberían ser competencia del gremio médico, no de otros profesionales que tendrían que estar ocupados en sus propias gestiones. De lo contrario, cientos de personas, sin ser positivas ni haber tenido contacto directo con pacientes covid, movidas por el miedo y por este tipo de mensajes, seguirán tratando de procurarse dicho fármaco sin previa consulta médica ni monitoreo estricto.
PARA QUÉ SIRVE
A diferencia de lo que creen muchos, la ivermectina es un medicamento antiparasitario que está indicado, con distintos componentes, para animales y seres humanos. En este último grupo suele ser consumida por vía oral con el fin de tratar enfermedades como la estrongiloidiasis, una infección causada por un parásito que penetra la piel, y la oncocercosis, causante de cuadros de ceguera. Comúnmente, sirve para combatir la sarna, piojos y malaria.
Ahora bien, en lo que respecta a la COVID-19, lo que se ha observado es que el fármaco reduce la replicación del virus SARS-CoV-2. Sin embargo, dichas dosis deben ser prescritas por un médico, puesto que la aplicación de dosis excesivas genera efectos adversos como visión borrosa, artralgia (dolor en articulaciones), dolor abdominal, vómitos y diarrea, astenia (fatiga) y pirexia (fiebre), mareos y urticaria. También otros efectos poco frecuentes como conjuntivitis, hipotensión ortostática (disminución de tensión arterial), taquicardia y reacción de hipersensibilidad.
Además de los efectos contrarios que puede generar en el ámbito de la salud, Gutiérrez considera que la producción masiva del producto, sin análisis que realmente sustenten su uso, afecta los recursos económicos que percibe la región y que podrían ser usados en otros asuntos prioritarios.
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