Cayma. Duermen en el piso, en sillas de plástico o donde encuentren un espacio para reposar mientras esperan que un médico los atienda y remedie sus males. El nuevo coronavirus no tuvo piedad de la Policía Nacional y degradó a la institución al punto de revelar todas sus deficiencias, sobre todo en el hospital de la Sanidad, que colapsó desde que fue declarado covid-19.
Los pasillos y ambientes del nosocomio están repletos de pacientes, muchos de ellos agonizan por falta de oxígeno. La desesperación por la escasez de personal hace que los pacientes menos graves asistan a quienes se encuentran respirando con la ayuda de balones de oxígeno. En algunos casos son los mismos familiares quienes deben estar pendientes de los enfermos, teniendo en cuenta que solo existe un médico de cabecera para todo el primer nivel del establecimiento.
Por si fuera poco, cada día aumenta el número de contagiados con covid-19 en la PNP y los exteriores del hospital de la Sanidad lucen abarrotados por efectivos que acuden por pruebas rápidas.
MEDIDAS RADICALES
Esta crítica situación hizo que la coronel de servicios Luz Paredes, hasta ayer directora del hospital de la Sanidad, sea retirada de su cargo. Además, se dispuso reorganizar en su totalidad el nosocomio de la PNP y SaludPol.
Según información de la Región Policial, hasta el momento en dicho hospital funcionan 5 camas UCI y se pretende incrementar 5 más. También se habría dispuesto la contratación de 25 especialistas, entre ellos 5 infectólogos y 5 médicos generales, para que se atiendan a los policías y sus familiares. La farmacia del nosocomio también estaría abastecida.
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