Aproximadamente 50 mil trabajadores del sector turismo de la región Arequipa no perciben ingresos desde el 16 de marzo, fecha en que se decretó el estado de emergencia en el país por la llegada de la COVID-19. Sin embargo, su economía ya estaba siendo afectada desde meses antes, puesto que visitantes de diferentes países que ya afrontaban la pandemia cancelaron sus paquetes turísticos.
En la región son 20 mil trabajadores que viven directamente del turismo, mientras que los 30 mil restantes son personas que laboran en actividades colaterales al sector, como en aeropuertos, terminales, hospedajes, restaurantes, comercios, supermercados, transporte, entre otras.
La suspensión de todos estos trabajadores ha originado pérdidas de aproximadamente 100 millones de soles cada mes y no podrán ser recuperadas durante el presente año debido a que el Perú se ubica en el quinto lugar de la lista de países con más contagios de coronavirus a nivel mundial. Este panorama es desalentador para la región, pero también para el Perú, debido a que será más difícil que elijan al país como destino turístico y, como consecuencia, se prevé que recién la actividad turística podrá reanudarse en su totalidad el siguiente año.
A esto se suma que la ampliación de la cuarentena en la región por un mes más está empeorando la crisis del sector. Cada vez más empresas cierran sus puertas y los despidos aumentan, ya que sin ingresos la situación es insostenible, señaló Jorge Valderrama Salinas, presidente de la Asociación de Agencias de Viaje y Turismo (AVIT) de Arequipa.
Por si fuera poco, luego de estos golpes, el gremio turístico lamenta el desinterés de las autoridades regionales para aliviar la recesión y fomentar estrategias para la reanudación de su sector a pesar de que Arequipa es la tercera región del país que más ingresos recibe por la actividad turística y, por ende, esto genera puestos de trabajos, según Valderrama.
Sin embargo, para hacerle frente a esta crisis, el sector turístico ha planificado tres etapas para la reactivación de sus actividades. La primera etapa va de agosto a octubre y estará focalizada en el turismo local, es decir, se incentivará a los arequipeños a visitar campiñas, monasterios, museos, cataratas y otros atractivos a los que no han asistido. Esta fase permitirá que un gran número de familias del sector generen sus primeros ingresos y, a su vez, que la población conozca primero los sitios turísticos de su región, ya que -según una encuesta del sector- solo 4 de 10 habitantes conocen los atractivos de su localidad.
La segunda etapa, que va hasta diciembre, promocionará el intercambio interregional, por ejemplo: viajes de Arequipa al norte al Cusco, a fin de que todas las regiones dinamicen sus economías. Finalmente, la última etapa se iniciará el próximo año con paquetes internacionales.
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