Los soldados se han convertido en valientes combatientes frente a la propagación de la pandemia con la que se enfrenta el Perú y el mundo entero.
Nuestro equipo de prensa visitó el cuartel Manco Cápac de Puno, para ver sus jornadas que empiezan mientras muchos todavía duermen.
Los 300 soldados, se levantan a las 05:00 de la mañana al toque de una trompeta. Ellos, van a los servicios para asearse y luego vestir su sagrado uniforme. Tras el desayuno retornan a sus compañías para alistar el armamento y demás implementos para patrullar las calles.
Antes de su salida, ellos reciben un refrigerio en base a galletas y yogurth. Luego, un personal se encarga de desinfectar a cada soldado y los vehículos portatropas.
El siguiente paradero es la 4ta Brigada de Montaña. Aquí, forman patrullas con la Policía y reciben indicaciones finales para enfrentar al COVID – 19, un enemigo poco común, uno que es invisible pero muy destructivo, que aún cobra la vida de muchos peruanos. Para ellos, esta ‘guerra’ no ha culminado.
Ellos diariamente buscan en la población un aliado más para hacer frente a este enemigo común.
El equipo, luego de patrullar y exhortar a la ciudadanía a mantener su distancia y de cumplir con las recomendaciones de salubridad, van a almorzar para luego seguir ‘batallando’; incluso, de noche.
Más de una decena de militares se han contagiado y superando la enfermedad han vuelto a cuidarnos.
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