Miguel Quispe, un adolescente de 15 años, venció una agresiva leucemia tras siete años de lucha en EsSalud, tocando con energía la campana que simboliza el fin de su tratamiento en el Hospital Guillermo Almenara.
El joven, a quien se le diagnosticó leucemia mieloide aguda a los ocho años, culminó este largo proceso rodeado del personal médico que se convirtió en su familia.
La emotiva ceremonia de tocar la campana resonó en todo el piso oncológico. Dado que Miguel repitió el gesto una y otra vez, su intención fue clara: compartir su triunfo y transmitir un mensaje de fortaleza.
Aunque el camino fue arduo y prolongado, su victoria personal es también un testimonio de la calidad de la atención en el sistema público de salud.

