Entre la Sequía y la Pasión: El Sur del Perú Resiste a su Manera

Entre la Sequía y la Pasión: El Sur del Perú Resiste a su Manera

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Si vives en Lima, es fácil olvidarte del sur. Para la capital, el sur a veces es solo un titular sobre bloqueos de carreteras o una foto bonita del Lago Titicaca para el turismo. Pero los que vivimos aquí, en Puno, en Tacna, sabemos que la realidad es mucho más áspera. Y este final de 2025 nos está poniendo a prueba como pocas veces.

Lo primero que hay que decir, y que no se puede ocultar, es que nos falta el agua.

Los reportes hidrológicos de diciembre son para echarse a llorar. El Titicaca sigue bajando. En Tacna, el estrés hídrico no es una «proyección a futuro»; es lo que ves cuando abres el grifo y sale un hilo, o cuando ves las chacras secas en el campo. Se habla de que el 2025 será un año crítico , y vaya si lo está siendo.

El Banco Mundial ha anunciado 200 millones de dólares para obras de agua y saneamiento en Puno y Lima. Está bien, se agradece. Pero la gente del Altiplano ha comido muchas promesas y bebido poca agua potable. Hasta que no veamos las tuberías puestas y las plantas de tratamiento funcionando, permítannos ser escépticos. La desconfianza aquí es histórica.

Y en medio de esta sequedad, de esta lucha diaria por el recurso más básico, surge el contraste de la protesta social.

Los mineros informales han vuelto a tomar las carreteras. El bloqueo en Chala, en la Panamericana Sur, o en las rutas de Puno, paraliza todo. Es la eterna discusión sobre el REINFO y la formalización. Es un tema complejo, sí, pero el resultado es siempre el mismo: el pueblo perjudicado. Pasajes que suben, alimentos que no llegan, turistas que cancelan sus viajes.

Pero el sur tiene un corazón que late fuerte, y a veces late en forma de pelota de fútbol.

Hablemos del Alfonso Ugarte. La «Franja» de Puno. ¡Qué campaña la de este año en la Copa Perú!. Ver al equipo golear 4-1 al Policial Santa Rosa en el Torres Belón fue un desahogo. El fútbol aquí no es solo deporte; es orgullo. Después de tantos años de maltratos administrativos, de descensos de mesa y de injusticias , ver al Ugarte pelear en la cancha nos devuelve un poco la alegría.

Es curioso cómo funciona la mente. Puedes estar preocupado por la sequía, molesto por el bloqueo, pero el domingo vas al estadio y gritas el gol con el alma. Incluso en los sitios de pronósticos y ApuestasGuru, la Copa Perú —con todo su caos y su «fútbol macho»— sigue moviendo pasiones. Porque es impredecible, como nuestra vida misma.

El sur del Perú se encuentra en una encrucijada crítica este 2025. Es una tierra de contrastes hirientes, donde la riqueza potencial choca frontalmente con la precariedad de las condiciones básicas para la vida y el desarrollo. La reciente Feria «Perú Mucho Gusto» en Tacna es el faro de esperanza que ilumina este panorama agridulce, demostrando de manera categórica que el potencial turístico y, sobre todo, el gastronómico de la macrorregión sur son una fuerza imparable.

El Boom de Tacna: Más que Comida, una Declaración

Lo ocurrido con la feria «Perú Mucho Gusto» no es solo una anécdota estadística, es un manifiesto económico. Los organizadores, con un optimismo cauto, proyectaban la asistencia de 100 mil personas. La realidad, sin embargo, pulverizó cualquier pronóstico: llegaron 217 mil visitantes. ¡Más del doble! Esta cifra, que a simple vista parece una «locura» o un evento aislado, en realidad subraya varios puntos fundamentales:

  1. Atracción Gastronómica Ilimitada: El sur, con Arequipa, Cusco, Tacna, Puno, Moquegua, tiene una despensa de productos y una tradición culinaria que es un imán. La gente, local e internacional, quiere probarla.
  2. El Factor Chileno: La masiva afluencia de ciudadanos chilenos cruzando la frontera de Chacalluta para disfrutar de la comida, el pisco y la calidez del servicio peruano es un motor económico que no podemos ignorar. Es una prueba de mercado constante de que la demanda existe.
  3. El Potencial del Turismo de Frontera: El sur tiene la oportunidad de consolidarse como un destino de fin de semana para los países vecinos, siempre y cuando se garantice un tránsito fluido y, crucialmente, la seguridad en las vías y ciudades.

La Paradoja del 2025: Sed y Potencial

El éxito de Tacna contrasta brutalmente con la realidad de otras zonas, encapsulando la gran paradoja del sur en 2025. Tenemos el potencial, la cultura milenaria, la pasión de su gente, la riqueza mineral y una geografía envidiable. Pero todo esto se desvanece ante la falta de las condiciones más elementales:

  • La Crisis Hídrica: El Sur Tiene Sed: La escasez de agua sigue siendo el problema estructural número uno. No podemos hablar de prosperidad agrícola, ganadera o incluso urbana si los embalses están secos y las comunidades sobreviven con racionamiento. Las «declaratorias de emergencia» que se firman cada año se han vuelto un ejercicio burocrático inútil, un «papel mojado» (la ironía es dolorosa) que no se traduce en infraestructura hídrica real: represas, canales de riego tecnificado, plantas desalinizadoras o gestión eficiente de cuencas.
  • La Necesidad de la Paz Social y Ordenamiento Territorial: El otro gran lastre es la ausencia de paz social Esta inestabilidad está íntimamente ligada a la desconfianza hacia el sector minero. El sur es el corazón de la minería peruana, pero la falta de un ordenamiento territorial claro, la escasa fiscalización de la minería informal y, peor aún, la percepción de que los beneficios no se quedan en las comunidades, desatan conflictos que paralizan inversiones y alejan el turismo. Es imperativo que la minería se ordene y que los proyectos de explotación dejen beneficios tangibles en la forma de obras de saneamiento, infraestructura educativa y, sí, gestión hídrica.

Mirando al 2026: El Año de las Soluciones Reales

El año venidero no puede ser otro más de gestión reactiva y parches temporales. El 2026 tiene que ser, obligatoriamente, el año de las soluciones definitivas.

  1. Gestión Hídrica Integral: Urge un Plan Nacional de Recursos Hídricos con enfoque de macrorregión, que priorice la tecnificación del riego, la construcción de reservorios y el uso eficiente del agua en las ciudades, antes de que el estrés hídrico se convierta en una crisis humanitaria.
  2. Reingeniería de la Minería: Se debe impulsar un diálogo honesto y vinculante para reestructurar la distribución del canon y las regalías, asegurando que los gobiernos locales y regionales demuestren capacidad de gasto en proyectos de alto impacto que mejoren la calidad de vida de las comunidades circundantes.
  3. Fomentar la Alegría y el Desarrollo Humano: En medio de la sequía y la protesta, a veces, la gente necesita un respiro. La mención al equipo de fútbol Alfonso Ugarte no es un detalle menor; un triunfo, un gol, es el aliciente psicológico que permite olvidar momentáneamente que hay sed. El deporte, la cultura, la gastronomía (como «Perú Mucho Gusto») y el arte son tan importantes como el agua, porque alimentan el espíritu de la resistencia y la esperanza.

El sur resiste. Es su naturaleza histórica. Pero ya no basta con sobrevivir a las crisis. Ha llegado la hora de que, además de esta valiente resistencia, empecemos a prosperar con las condiciones básicas garantizadas, transformando la paradoja en una realidad de desarrollo sostenido.

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