“La cárcel domina la calle”, dijo el presidente José Jerí durante una requisa. “Operan las 24 horas desde prisión”, añadió. Esta semana indicó que “tuvieron que pasar diez años para que un Gobierno tome decisiones firmes en la lucha contra la criminalidad”.
El martes, sin embargo, admitió que las cifras de homicidios no han disminuido en el país y que la prioridad del gobierno es detener el incremento de la violencia.
Y es que, a pesar de que muchos cabecillas están tras las rejas, las organizaciones criminales no dejan de estar activas y de acumular delitos en las calles. Nada los detiene.
Entre tanto, vecinos y familiares de las víctimas no se cansan de demandar justicia con dos consignas claras y gráficas: “el Perú sangra” y “Queremos paz”.
En lo que va del gobierno del presidente José Jerí se registraron 306 homicidios a nivel nacional, según los datos que están contenidos en el último informe del Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef), desde el 10 de octubre al 4 de diciembre.
Además, hay 35 registros de muertes violentas ocasionadas por proyectil de arma de fuego (PAF), pero que sin embargo aparecen como ‘ignoradas’, es decir, no tienen clasificación de tipo de muerte.
Lo preocupante es que el promedio diario de los homicidios se ha incrementado a 5.56 durante el Gobierno actual (y aún con registros por actualizar). Hace dos semanas era de 5.33 y hace una semana era de 5.41, sostiene el analista de datos, ingeniero Juan Carbajal.
El especialista afirma que durante el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski el promedio diario de homicidios, registrados en el Sinadef, fue de 1.88, con Martín Vizcarra subió a 2.87, mientras que en la gestión de Manuel Merino la cifra fue de 2.67.
Asimismo, en el régimen de Francisco Sagasti los homicidios diarios se incrementaron a 3.63, con Pedro Castillo ascendió a 4.22 y, finalmente, con Dina Boluarte, el promedio fue de 5.25.
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