Los petroglifos del Cerro Mal Paso, ubicados en Mollebaya, continúan en riesgo crítico debido a la extracción ilegal de piedra laja, pese a que el Ministerio de Cultura dispuso su protección provisional por dos años mediante la Resolución Directoral N.° 00427-2025.
Gestores culturales advierten que la norma no ha generado acciones efectivas en el territorio y que la actividad de los canteros está destruyendo rocas que podrían contener imágenes grabadas entre los años 1.100 y 1500 d. C., provocando una pérdida patrimonial irreversible.
El gestor cultural Iván Contreras denunció que los canteros operan a vista y paciencia de las autoridades, utilizando cincel y combo para fracturar la roca y trasladar el material en volquetes. Incluso habilitaron una vía carrozable hacia el interior del cerro, lo que demuestra una total ausencia de control estatal. Esta depredación ocurre pese a que el Ministerio encargó a la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Arequipa la implementación de medidas de protección inmediata.
Un informe técnico de la DDC Arequipa, elaborado en setiembre, reconoce daños provocados por la naturaleza, la expansión urbana y actos vandálicos, pero omite mencionar la actividad extractiva de estas cuadrillas, pese a ser la amenaza más grave y evidente en la zona. Para especialistas, esa omisión refleja la débil vigilancia institucional que permite que el cerro se siga deteriorando sin intervención efectiva.
Respecto a la presión urbana que continúa avanzando, se conoce que la asociación de vivienda Jirihuaya se expande sobre las laderas del cerro, abriendo caminos y delimitando lotes improvisados que alteran el paisaje arqueológico. Esta dinámica, según Contreras, incentiva que otros grupos ocupen cerros vecinos y aceleren la destrucción del entorno.
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