Icono del sitio Diario Sin Fronteras

Superar la tuberculosis no siempre significa el final

TB SI

Especialistas llaman a implementar un modelo integral de atención post-TB que incluya rehabilitación, acompañamiento psicológico y coordinación multisectorial para mejorar la calidad de vida de los sobrevivientes

Superar la tuberculosis (TB) representa una victoria enorme, pero para miles de personas en el mundo, la curación no marca el final del camino. Aunque la bacteria desaparezca, las secuelas respiratorias, físicas y emocionales pueden persistir durante años, afectando la salud, el bienestar y la capacidad de los pacientes para retomar sus actividades cotidianas.

Diversos estudios recientes entre ellos los de Allwood et al. (2021) y Yarbrough et al. (2024) advierten que una proporción importante de quienes superan la TB desarrollan enfermedad pulmonar post-tuberculosa (PTLD), un conjunto de afecciones que limitan la función pulmonar y la calidad de vida. Frente a ello, expertos promueven un enfoque integral de atención que combine prevención, rehabilitación y apoyo psicosocial.

Prevención desde el diagnóstico

Todo comienza en el primer contacto con el sistema de salud. Evaluar el riesgo de secuelas desde el inicio mediante radiografías, tomografías y registro de factores de riesgo permite actuar antes de que el daño sea irreversible. Quienes presentan lesiones extensas al diagnóstico tienen mayor probabilidad de desarrollar complicaciones posteriores, por lo que el seguimiento post-alta debe planificarse desde el primer día.

Monitoreo durante el tratamiento

Los especialistas recomiendan vigilar la función pulmonar y los síntomas respiratorios durante el tratamiento. Incluir pruebas de función pulmonar y controles radiológicos periódicos puede detectar complicaciones tempranas y evitar daños permanentes. Capacitar al personal de salud en estas prácticas resulta clave para garantizar una recuperación completa.

Atención post-TB y rehabilitación integral

Cuando termina el tratamiento antibiótico, muchos pacientes quedan sin acompañamiento médico, pese a que aún necesitan cuidados. Programas de rehabilitación respiratoria, atención psicológica, orientación nutricional y soporte social deben formar parte de la recuperación. Según Seo et al. (2024), esta atención multidisciplinaria mejora significativamente la calidad de vida.

Articulación multisectorial y apoyo social

Las secuelas de la TB trascienden el ámbito médico: impactan en el empleo, la educación y la inclusión social. Por eso, organismos como la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2023) proponen modelos de atención integrales que articulen salud, trabajo, vivienda y educación, evitando que los sobrevivientes queden marginados.

Educación y empoderamiento del paciente

Informar y empoderar a los pacientes es esencial. Conocer sus derechos, los síntomas de alerta y las opciones de rehabilitación reduce el estigma y fortalece la adherencia al tratamiento. Leung et al. (2025) señalan que los sobrevivientes que participan activamente en su proceso de recuperación logran una reintegración más efectiva.

A pesar de los avances científicos, muchos países carecen de políticas específicas para la atención post-TB. Entre los principales retos figuran la falta de financiamiento, de directrices nacionales y de capacitación médica, lo que deja a miles de personas sin el apoyo necesario para volver a vivir plenamente.

Hacia una atención más humana y sostenible

Expertos coinciden en que es urgente crear normas y programas de rehabilitación, registrar los casos de secuelas post-TB y promover campañas públicas para reducir el estigma. Solo con una respuesta integral y coordinada será posible garantizar que superar la tuberculosis no signifique solo vencer la bacteria, sino también recuperar la vida en plenitud.

Salir de la versión móvil