Puno. Pomata vivió hoy su misa central en honor a la Santísima Virgen del Rosario, celebración que contó con la presencia del polémico párroco Alfredo Briceño Sánchez, recordado por haberse arrodillado ante los feligreses tras su repentina designación por el obispo de Juli, monseñor Ciro Quispe López.
Durante la ceremonia, realizada en el templo Santiago Apóstol, el padre Briceño fue el encargado de brindar las palabras iniciales, en las que destacó un mensaje de reconciliación. “Tenemos derecho a equivocarnos, a dimitir, pero hay algo hermoso: que Dios y María no quieren que vivamos divididos. Por eso, junto a esta hermosa familia, pidamos perdón al Señor”, expresó, en aparente alusión a las recientes controversias en la jurisdicción eclesiástica de Juli.
Sin embargo, pese a su participación en la introducción de la misa, la celebración central fue presidida por otro sacerdote. Algunos asistentes manifestaron cierto malestar ante la situación, aunque la jornada se desarrolló en un ambiente de devoción y respeto hacia la patrona de Pomata.