Feligreses del distrito de Pomata llegaron a la ciudad de Puno para exigir el pronunciamiento del papá León XIV por constantes abusos del obispo de Juli, Ciro Quispe López.
Las mujeres integrantes del Patronato para la Restauración del Templo Santiago Apóstol de esa localidad, sostienen que los maltratos se dan desde el año pasado, cuando el clérigo habría hostigado a las hermanas que prestaban servicio social y pastoral hasta que estas se retiren de Pomata.
La presidenta de dicho patronato, Amalia Durán Fernández, sostuvo que el abuso que colmó a los pomateños fue el cambio del párroco Richard Pari Chambi. «Ya no sabemos qué pensar, creo que se ha vengado porque el padre publicó un libro de la iglesia de Pomata… su pecado fue no colocar el nombre del obispo», refirió.
PÁRROCO DUDOSO
Explicó que tras la acefalía de varias semanas, el obispo envió en su lugar a Alfredo Sánchez Briceño, quien dudan que sea padre. «Le hemos pedido que se identifique, que nos muestre su carnet o algo, porque no sabe hacer misas, tergiversa los evangelios y no sabe ni tararear los cánticos… El 6 de setiembre llegó y cuando preguntamos por el párroco, se arrodilló; creo que lo hizo al propósito, no lo queremos», narró tras indicar que el dudoso religioso no quiere decir su nombre.
ELEVAN MEMORIAL
El patronato, encabezado por el alcalde de Pomata, Mario Torres Vásquez, los tenientes gobernadores y decenas de feligreses han firmado un memorial donde exigen la «restitución del párroco Richard Pari y el cambio del obispo de la Prelatura de Juli, Ciro Quispe López».
En sus demandas precisan que esto es «por los atropellos y abusos a nuestras autoridades, nombradas por el pueblos, sacerdotes católicos aymaras…».
¡REPOSICIÓN YA!
Sostienen que el retorno de Richard Pari debe darse pronto, porque el 1 de octubre se celebra la fiesta patronal en honor a la Virgen del Rosario. «… Es un acto de odio y venganza del monseñor Ciro Quispe López hacia nuestro pueblo de Pomata, la remoción de nuestro párroco», se lee.
¿DISCRIMINACIÓN?
El polémico prelado es acusado de haber hostigado a 14 sacerdotes aymaras «hasta desistir de su vocación religiosa. Es un acto de discriminación racial y de idioma de este obispo; es también que estas hermanas religiosas de la congregación de la Caridad San Vicente de Paúl, que después de 30 años de servicio a la comunidad… abandonaron nuestro pueblo Pomata. Exigimos su reposición».
NO PERMITIRÁN
Durán Fernández indicó que «el convento (que cobijaba a las hermanas) está vacío y ahora quiere hacer uso para poner un restaurante».
Finalmente, el memorial recalca que el referido clérigo no es bienvenido en los pueblos vecinos de Chucuito, Platería, Acora, Ilave, Juli y Yunguyo.

