Con tres años de retraso, sin expediente técnico y 9 millones de soles paralizados, se encuentra la ejecución del proyecto de defensas ribereñas del río Loripongo en el distrito de Pichacani-Laraqueri, provincia de Puno.
La obra cuenta con código único de inversión oficial y los pedidos reiterativos de la población afectada.
Al respecto, el gobernador regional Richard Hancco calificó el proyecto como no prioritario para la gestión actual, contradiciendo sus promesas de campaña electoral donde se comprometió oficialmente a ejecutar esta obra vital que protegería el puente Chuncara y diversas áreas agrícolas amenazadas por constantes desbordes del río.
Simón Ramos, representante de la zona, mostró su preocupación por la inacción de las autoridades regionales y provinciales, mientras el desborde del río Loripongo en temporada de lluvias continúa amenazando infraestructura crucial y terrenos productivos que sustentan la economía local de las comunidades rurales afectadas.
Hancco desestimó la importancia del proyecto priorizando otras obras en Pichacani, argumentando que demás proyectos resultan más importantes para la región, mientras la población de Loripongo mantiene su reclamo por una obra que consideran fundamental para su seguridad y desarrollo económico.
La desatención regional favorece la expansión territorial de Moquegua, que busca ampliar su jurisdicción impulsada por necesidades hídricas para actividad minera, aprovechando el abandono que autoridades puneñas demuestran hacia proyectos estratégicos en zonas fronterizas con regiones vecinas.
Un ejemplo son los territorios de Titiri y Aruntaya que ya fueron adjudicados oficialmente por Moquegua, consecuencia directa de la desatención regional que empuja a pobladores a buscar beneficios en la región vecina, mientras Puno pierde gradualmente control territorial.