La captura de los presuntos cabecillas de una banda extorsionadora marca un golpe a la delincuencia que aterrorizaba Manchay. Los detenidos, quienes actuaban con precisión para evadir a las autoridades, utilizaban armas de fuego y granadas para convencer a sus víctimas, lo que revela el nivel de violencia empleado.
Su modus operandi, que incluía ataques en la madrugada, ha dejado una estela de miedo en la comunidad que clama por seguridad.
El homicidio de David Alejo, ocurrido el pasado 15 de agosto, fue el detonante para esta operación policial. La víctima, de apenas 20 años, fue sorprendida por sujetos que descendieron de un vehículo y le dispararon sin piedad mientras regresaba de comprar. Este crimen, con 28 impactos de bala, evidenció la cruenta guerra entre bandas que se disputan el control de los cupos en la zona.