Una conocida cadena de supermercados ha comenzado el cierre de varias de sus tiendas, en lo que representa una de las decisiones más significativas para el sector minorista en los últimos tiempos. De acuerdo con sus ejecutivos, esta medida forma parte de una estrategia orientada a optimizar recursos, ya que ciertos establecimientos no alcanzaban los niveles de rentabilidad esperados. La empresa afirmó que estos cambios permitirán enfocar sus inversiones en mercados con mayor proyección de crecimiento.
Durante una rueda de prensa, el supermercado Homeland confirmó que cerrará múltiples locales en distintos estados de EE.UU. Christin King, directora de marketing y relaciones públicas, explicó que la decisión se tomó luego de un análisis detallado del rendimiento financiero de cada sucursal. Este ajuste se enmarca en un proceso de reestructuración más amplio, impulsado por los desafíos que atraviesa el comercio minorista.
Está previsto que cierren tres locales en Oklahoma, específicamente en las ciudades de Kingfisher y Ponca City, además de una tienda en Gordon, Georgia. Entre los puntos de venta afectados se encuentran sucursales de United Supermarkets y Discount Foods, así como un supermercado Piggly Wiggly en Gordon, cuya clausura está programada para el 16 de agosto, según informes de medios tanto locales como nacionales.
Uno de los cierres más impactantes será el de la tienda ubicada en Jay, Oklahoma. Los habitantes del área deberán trasladarse cerca de 64 kilómetros para acceder a otro establecimiento similar, lo cual supone una dificultad importante para una comunidad que dependía de este supermercado para adquirir productos esenciales.
¿Por qué cierra el supermercado Homeland?
Vashon Carswell, líder comunitario en Jay, alertó que la medida “va a afectar gravemente a la comunidad”, anticipando consecuencias en cuanto a accesibilidad y transporte. Mary McQuoid, clienta habitual de Homeland, expresó su pesar: “Los empleados conocían personalmente a los clientes, y se generaba un ambiente familiar en la tienda, algo que será difícil de reemplazar”.
En Gordon, Georgia, el anuncio también causó preocupación. Corey Blackfox, residente de la zona, describió la decisión como “una locura”, señalando que muchas familias tendrán complicaciones para acceder diariamente a productos básicos, además de los efectos en el empleo local.
Estas decisiones no son excepcionales en el panorama actual del retail en Estados Unidos. Numerosas cadenas deben enfrentar cambios en los hábitos de consumo, el auge del comercio electrónico, la inflación y una competencia creciente. Aunque el cierre de locales físicos puede responder a una estrategia para mejorar el rendimiento financiero, también conlleva consecuencias sociales y de imagen, particularmente en comunidades donde estos negocios cumplen un rol esencial.