Hernando Tavera, presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP), aclara que los sismos menores no liberan energía acumulada para evitar uno mayor, desmintiendo un mito peligroso.
Según explica, un terremoto de magnitud 8 equivale a 27 mil bombas atómicas, una comparación basada en parámetros físicos, donde cada grado en la escala Richter multiplica por 30 la energía.
El experto detalla que un sismo de 7 grados libera la fuerza de 900 bombas, mientras que uno de 9 alcanzaría 810 mil, evidenciando el riesgo real.
Estas precisiones buscan concientizar a la población, ya que subestimar los temblores pequeños podría reducir la preparación ante un evento catastrófico.