“¡Asesino, asesino!” gritaban los familiares de Stiph Ccasa Álvarez mientras José María Charca Sucasaire (24) confesaba cómo drogó y asaltó a su víctima, para luego abandonarlo en un descampado en Arequipa. El joven podría ser sentenciado a cadena perpetua por el delito de robo agravado con subsecuente muerte.
Según su testimonio, la noche del 5 de junio de 2024, alrededor de las 8 horas, él se encontraba con dos varones y una joven, todos menores de edad, cuando se acercaron a Stiph y a Diego H. C. (20), en la discoteca Olimpo, en el Cercado, y tras salir del local continuaron bebiendo. Alrededor de las 10 horas, abordaron un taxi siendo llevados hasta el ingreso al Valle de Chilina, en Cayma.
Los dos amigos, ya inconscientes, fueron bajados casi cargados y abandonados en un descampado, tras ser despojados de sus pertenencias como celulares, billeteras y zapatillas.
La necropsia reveló que Stiph falleció por una hemorragia interna provocada por golpes que dañaron sus órganos.
La Policía presume que, tras ser arrojado, el joven habría recobrado brevemente la conciencia y caminado unos 100 metros antes de morir debido a la gravedad de sus heridas.
Su cuerpo fue hallado a las 6 de la mañana del 6 de junio; sin embargo, se estima que murió alrededor de las 4 horas por lo que, de haber recibido atención médica, pudo haber sobrevivido.
Para los familiares, la versión no es creíble y aseguran que se trató de un asesinato.
“Lo han pepeado y golpeado hasta matarlo, luego abandonaron su cuerpo en el canal”, denunciaron.
Ellos exigen la máxima sanción para José María y la captura de los tres menores implicados, señalando que la joven del grupo habría sido quien atrajo a las víctimas.