En el distrito de Huata, Puno, se ha conocido el caso de Máxima Calsin, una mujer quechua hablante de aproximadamente 55 años, quien reside desde hace varios años en el cementerio local, en una situación de extrema vulnerabilidad. Su historia se hizo visible recientemente, luego de que vecinos compartieran imágenes en redes sociales.
Según testimonios, Calsin habría adaptado un espacio desocupado dentro del camposanto para protegerse del frío, el viento y la lluvia. La comunidad asegura que vivía allí incluso antes de que se construyera el cerco perimétrico, haciendo uso de lo poco que tiene para sobrevivir. Dentro del lugar se encontraron algunos enseres básicos y prendas de vestir, evidencia de la dura realidad que enfrenta.
Este caso ha generado una reacción inmediata de solidaridad e indignación en la población, que ahora pide una respuesta urgente por parte de las autoridades locales y regionales. Los vecinos exigen que se le brinde una vivienda digna, atención médica y acompañamiento social, para que pueda dejar atrás esta situación de abandono.