Tras un sorpresivo operativo la Subgerencia de Fiscalización de San Miguel clausuró un establecimiento que operaba como cantina clandestina bajo la fachada de una bodega.
Dicho local, ubicado en el centro de la localidad, fue intervenido tras las reiteradas denuncias de los vecinos que alertaban sobre actividades sospechosas que alteraban la tranquilidad de la zona.
INTERVENCIÓN
Tras la intervención, los fiscalizadores clausuraron el establecimiento porque no tenía autorización municipal. Además, al propietario le impusieron una multa equivalente al 50% de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT), y procedieron a la incautación de los bienes del local.
Cabe indicar que durante la inspección, hallaron a varias personas consumiendo bebidas alcohólicas en un ambiente sin medidas de seguridad.